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LA
PÍLDORA MASCULINA A PUNTO DE HACERSE REALIDAD.
La píldora masculina a punto de ser una realidad. Científicamente ya existe pero produce los mismos efectos secundarios que la píldora femenina. Se están perfilando estos últimos detalles para que sea una realidad. Esto es así, porque un grupo de investigadores del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Edimburgo ha anunciado la creación de un eficaz anticonceptivo masculino administrable por vía oral. Curiosamente uno de los componentes básicos de la píldora anticonceptiva femenina, el "desogestrel", una hormona sintética, forma también parte de la nueva "píldora". Dicha "píldora" evita la producción diaria de esperma y mantiene los niveles normales de testosterona. De momento se ha realizado pruebas en 76 personas durante 24 semanas. Transcurridas las primeras 16 semanas, se comprobó que los hombres a los que se les había administrado una dosis de unos 300 microgramos, habían dejado de producir esperma. El problema es que los hombres que participaron en la prueba experimentaron los mismos efectos secundarios que provoca la píldora femenina, a saber: aumento de peso, pérdida del apetito y cambios de humor. Ahora, los esfuerzos del equipo que está desarrollando el producto, se centran en calcular la dosis correcta, así como determinar los efectos secundarios de su uso a largo plazo. ¿DÓNDE ESTAMOS? El día que los hombres puedan tomar una píldora o confiar en un implante que les prevenga contra la concepción de un hijo podría estar a tan sólo unos años de hacerse realidad, señalan los expertos. Desafortunadamente, la fisiología masculina está trabajando en contra del rápido desarrollo de una píldora masculina. Mientras que las mujeres producen un óvulo por ciclo, los hombres portan aproximadamente 100 millones de espermas, cualquiera de los cuales puede ayudar en la creación de una nueva vida. "Se trata de un desafío más difícil", apuntó Robert Spirtas, presidente de la división de salud anticonceptiva y reproductiva del National Institute of Child Health and Development (NICHD). Pero señaló que investigadores de todo el mundo están abordando el problema desde diferentes ángulos. De acuerdo con un nuevo informe del U.S. Institute of Medicine, algunos de esos esfuerzos incluyen: Undecanoato de Testosterona (TU). Esta es la investigación basada en hormonas que se está llevando a cabo en China y que actualmente está mostrando buenos resultados en ensayos humanos. Al igual que otras terapias hormonales actualmente en desarrollo, el TU suspende la producción de esperma en los testículos, en este caso mediante la supresión de la hormona liberadora de gonadotropina. Un punto en contra de las propuestas hormonales es que la completa eliminación de la producción de espermas puede tardar meses. Lonidamina. Este medicamento no hormonal y no esteroide fue desarrollado en principio como un medicamento anticancerígeno, aunque los investigadores notaron pronto que también eliminaba la producción de esperma. La lonidamina tiene efectos tóxicos para el hígado y los riñones, aunque componentes similares que se encuentran actualmente en desarrollo aparentan ser menos tóxicos. MENT (7-alfa-metil-19-nortestosterona). Implantes que contienen MENT, una hormona sintética que se parece a la testosterona, están siendo desarrollados por la compañía farmacéutica europea Schering AG conjuntamente con el Population Council, y se encuentran actualmente en la línea de la U.S. Food and Drug Administration. En un ensayo reciente, nueve de once hombres alcanzaron una cuenta de cero esperma tras recibir cuatro implantes MENT. Eppin. Designado como un "anticonceptivo inmunológico", ha resultado efectivo en primates y funciona mediante la estimulación del sistema inmunológico para neutralizar una enzima crucial en la maduración de espermas. Azúcares alquilatados. En estudios con ratones, la ingestión de estos componentes producía espermas con cabezas deformes, pobre movilidad y otros problemas. Tras tres semanas, los ratones se volvieron estériles, pero recobraron su fertilidad un mes después de descontinuar el uso del medicamento. De acuerdo con Spirtas, "existe un esfuerzo continuo en términos de lo que se está llevando a cabo, a partir de ensayos clínicos de gran escala, y a través de los esfuerzos de la propia NICHD para iniciar un grupo de ensayos clínicos, hasta el desarrollo de componentes que parecen trabajar en animales, hasta la misma biología básica" de la reproducción masculina. La gran mayoría de estas investigaciones se realizan con fondos públicos, anotó Spirtas. A pesar del hecho que los hombres constituyen la mitad de la población, las compañías farmacéuticas "simplemente no invierten mucho dinero en esta investigación", indicó. "En 1950, no creían que el anticonceptivo oral podía funcionar", agregó Spirtas. "No mostraron interés hasta que alguien probó lo contrario. Cuando alguien demostró que sí funcionaba, todos se subieron al tren". Spirtas cree que un escenario similar ocurrirá tras el lanzamiento del primer equivalente masculino de la píldora. Para los expertos en planificación familiar, así como para muchas mujeres, la idea de un implante anticonceptivo a largo plazo podría resultar atractivo. "Para un hombre que toma una píldora,
si se le olvida un par de veces y la mujer queda embarazada, bien, a menudo
será 'problema de ella'", manifestó Spirtas. "Pero si existe
algo justo en el brazo del hombre que está liberando ese tipo de
medicamento, ofrecerá un confort real a la mujer".
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