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IMPOTENCIA,
VIAGRA Y RESPONSABILIDAD HACIA LA MUJER.
Ya hay muchas marcas en el mercado, pero la inmensa mayoría de hombres con problemas de impotencia se resisten a acudir al médico y reconocer que necesitan ayuda. Es un error de libro, contra uno mismo y contra la pareja. Nunca hay que avergonzarse de problemas que afectan a la salud. ¡Ahora mismo a ver al médico y a obedecerle! Los médicos barajan un cálculo estimado de alrededor de 152 millones de hombres con problemas de erección en todo el mundo -aunque sólo el 10% reciben tratamiento- que se duplicarán en los próximos 20 años, según las cifras presentadas en el último congreso de la Asociación Europea de Urología. Ésta es la razón por la que los analistas económicos calculan que en los próximos cuatro años el mercado internacional de la impotencia moverá entre 4.000 y 6.000 millones de euros. Pfizer, la creadora de la viagra (la pastilla azul) no consiguió patentar la base de su descubrimiento -la inhibición de la fosfodiesterasa tipo cinco, la enzima que impide la erección- ya que se ha considerado un hallazgo del dominio público, lo que supuso que otros fármacos, que actúan de forma similar a la mundialmente famosa Viagra, están ya en el mercado. Se trata de Cialis, de la farmaceútica Lilly, Uprima, de los laboratorios Abbott, y Levitra y fabricado por la alemana Bayer.
De los cuatro fármacos, el único que no actúa directamente sobre el pene es el Uprima, que incide sobre el sistema nervioso central. Ése es el problema, porque sólo es eficaz cuando la enfermedad deriva de la ansiedad o el estrés. Pero si se trata de un problema en el inicio de la erección, falla. Es como si se actuara sobre el interruptor de una lámpara. Si la bombilla está rota, nunca tendrá efecto.. Hace unos años, se creía que el 80% de los casos de disfunción se daban por causas psicológicas. Hoy se sabe que en realidad un 78% de ellos son por problemas orgánicos puros, o con factores psicológicos asociados. La diferencia principal de los medicamentos radica en la rapidez con que funciona y en su duración. Mientras con la Viagra la erección se produce a la hora, con Cialis llega a los 20 minutos. Si la pastilla azul mantiene el efecto durante un máximo de cinco horas, su competidora sigue funcionando a las 24. No puede establecerse de forma general cuál es la mejor pastilla, hay que hacer el traje a medida para cada paciente según su edad, si tiene relaciones estables, si tiene problemas cardiacos, etc y establecer qué dosis es más efectiva y conlleva menos efectos secundarios. Ésa es una de las razones por la que todos estos medicamentos requieren la prescripción del especialista. Aunque la picaresca ya ha llegado a Internet, donde numerosas páginas venden Cialis y Viagra sin receta e incluso malas reproducciones de ambas. El miedo a lo que pase. En muchos casos de impotencia, el paciente está muy pendiente de lo que le sucede y eso deriva en problemas psicológicos que agravan su situación. Es habitual que no le cuente a su pareja el problema que tiene y que evite la actividad sexual, lo que deriva en conflictos de pareja. La otra persona tiende a pensar que es ella la culpable, o que ha perdido el atractivo y así, a veces, también la pareja sufre problemas psicológicos derivados. Es una dinámica que hace sufrir a la gente porque en general conlleva el aislamiento de quienes la padecen. Superar la disfunción eréctil es una cuestión de información, pero que también afecta a la propia formación de los facultativos. Muchas veces los pacientes de edad acuden a los médicos y éstos les dicen que es normal, que son los años, cuando su problema tiene solución. En conclusión, que ya hay muchas marcas en el mercado, pero la inmensa mayoría de hombres con problemas de impotencia se resisten a acudir al médico y reconocer que necesitan ayuda. Es un error de libro, contra uno mismo y contra la pareja. Nunca hay que avergonzarse de problemas que afectan a la salud. ¡Ahora mismo a ver al médico
y a obedecerle!
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