La mayoría de los cánceres de colón se hubiesen podido prevenir porque  muchos tienen su origen en un pólipo que tarda de cinco a diez años en convertirse en un cáncer. Si se detecta la lesión premaligna y se extirpa, puede evitarse que el tumor se desarrolle, mejorando la calidad de vida y la supervivencia de los pacientes. 

El trabajo más importante realizado hasta ahora para ver si los estudios de detección de sangre oculta ayudan a disminuir el número de tumores de colon demuestra que, si se ofreciera a 10.000 pacientes la posibilidad de realizar un test cada dos años y un 60% de ellos asistiera por lo menos a una prueba, se prevendrían 8,5 muertes en 10 años. 

También se han hecho estudios sobre la utilidad de la colonoscopia o la sigmoidoscopia realizadas cada dos años. Aunque parecen útiles, son pruebas mucho más agresivas, pero el riesgo puede merecer la pena. El oncólogo tiene la última palabra.

Una de las principales ventajas de esta prueba es que permite la extirpación de la lesión premaligna cuando la ve, solucionando el problema a la vez que hace el diagnóstico. Los inconvenientes radican en su alto coste y lo desagradable que resultan para el enfermo. 

Además de las dudas sobre cuál es la estrategia más adecuada, también existen problemas para aplicar las recomendaciones. Por un lado está la baja participación de la población, que suele tener un conocimiento insuficiente sobre la enfermedad y le da poca importancia a los programas de detección precoz. Por otro lado está el alto coste de algunas de las pruebas y la incomodidad que suponen para los pacientes. 

Recuerda que prevenir es curar y que son muchos los hombres con pólipos benignos en el colón, que pueden convertirse en malignos. No esperes a que sea tarde, por ti y por los que dependen de ti. Cuídate.