Relacionarse con un hombre mayor.  Son de sobra conocidos los tópicos y  prejuicios que deben escuchar las parejas con una importante diferencia de edad. Pero, sin embargo, debe existir una atracción mutua porque, de lo contrario, no sería algo tan frecuente. Y no nos referimos a los escarceos amorosos,  hombres maduros que lo dejan todo por un capricho de 20 años. Esta fiesta suele durar unas semanas, la resaca años. Hablamos del auténtico amor con edad desigual.

Sería ridículo afirmar que la diferencia de años entre hombre y mujer no tiene importancia. Fácil y falso. Claro que no es así. 

Desde la perspectiva femenina, no todas las mujeres quieren al chico atlético de los carteles de ropa interior, joven y fuerte. Muchas mujeres valoran en los hombres adultos lo que falta a los jóvenes.

Los hombres adultos ya tienen experiencia sexual. Dejando aparte posturas y técnicas, ellos ya se lo saben todo. Ya no tienen el afán de probar todo en poco tiempo y a toda costa. Saben como funciona una mujer, que ninguna funciona igual, y no les asustan las cosas de mujeres ni sus comportamientos diferentes. Son más tranquilos, se toman más tiempo, quizá ellos también lo necesiten.

El hombre adulto ya ha hecho su vida. No está buscando el objetivo de su vida, su autorrealización. Ya ha encontrado su lugar en el mundo. Por supuesto, esto significa que puede ser más precavido aunque más dispuesto a disfrutar de una libertad recuperada, sólo que después de “haber aprendido la lección”. Con una mujer más joven pueden tener una vida igual más excitante, más desordenada, pero al mismo tiempo sin cometer las locuras de la juventud. 

¿No es esto lo que queremos todos? ¿Ser joven otra vez pero con la sabiduría que no teníamos antes?

Decían las abuelas “hija, si encuentras un hombre soltero y mayor que tú, te ha tocado el gordo”. Hoy la publicidad parece dar la razón a las abuelas. Los hombres ganan interés con los años. ¿Por qué George Clooney, con sus canas grises, tiene más ofertas publicitarias que Brad Pitt?. Casi ninguna mujer negaría que la edad, en el aspecto físico, tiene mucho atractivo. 

VENTAJAS, INCONVENIENTES Y AMOR.

La principal ventaja es que el hombre maduro suele ser anímicamente tranquilo, por lo que la mujer puede concentrarse con toda su fuerza en sus propios intereses. Se evitan todas estas discusiones propias de una pareja joven que, además de formarse como pareja, todavía está desarrollando sus propias personalidades y su vida. 

Esto puede cambiar si el hombre está pasando por un proceso de separación de una relación anterior. 

El mayor inconveniente puede provenir del cambio generacional, que era de quince años según Ortega y Gasset. La escala de valores puede afectar negativamente en una sociedad de mujeres jóvenes cada vez más liberadas y con mayor experiencia.

Otro aspecto negativo, puede provenir de la capacidad sexual del hombre madura, pues a partir de los cuarenta se generan una serie de cambios en los órganos sexuales del varón. Otra cuestión muy problemática suele ser la siempre difícil decisión de tener hijos en común, pues un hombre adulto ya puede tener cubierta esta necesidad por una relación anterior.

Al margen de una posible lista interminable de pros y contras, lo más importante puede resultar la autoestima que un hombre maduro sabe transmitir a una mujer joven, de modo que se sienta más segura consigo misma. El hombre, sin duda, lo que más valorará es el afecto. Los hombres maduros siempre empiezan nuevas relaciones para recuperar el amor, el cariño, que perdieron en sus relaciones anteriores. Cuando un hombre maduro recupera ese cariño y además viene de una mujer mucho más joven que él, hará cualquier locura para mantener la relación.

El problema es que transcurso de los años puede devolver la situación al mundo real y encontrarse, a largo plazo, con todas las tristezas de la vejez. El problema no es tanto la madurez, sino el paso de los años. Por si sirve de algo, mientras pasan los años, no cerremos las puertas a la felicidad, pues no llama dos veces.