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EL VIAJERO. Geografía
íntima. |
VIAJE A LA MEMORIA.
Vivir mirando por el retrovisor
…
Memento en latín significa
“recuerda”, pero también se llaman mementos a cada una de las dos
partes del canon de la misa, en que se hace conmemoración de los
fieles vivos y de los difuntos. “Memento vivorum”, “Communicantes”, “Memento
defunctorum”. En el caso de la misa de difuntos: Requiem æternam,
Absolve Domine, Lux æterna luceat, Libera me, In paradisum, Memento
mei Deus, Tædet animam meam, Versa est in luctum …
Sólo somos memoria, por eso
es tan costoso equivocarse, porque los recuerdos nos perseguirán
eternamente.
Empieza el viaje …
¿Por qué es tan grande
la catedral?. Paseaban por Sevilla, una Sevilla repleta de lugares para
que con un viajero muy joven comiese con lo justo. Una Sevilla que se recuerda
por un beso de buena suerte en el lugar más raro posible. Una Sevilla
juvenil que ahoga los suspensos bailando toda, toda la noche.
¿Por qué es tan grande
la catedral?. Paseaban por Sevilla, una Sevilla llena de sol hasta en las
sombras, una Sevilla paseada de la mano de una anciana sabia, como todas
las ancianas, un viaje que se regala para decir que uno estuvo donde había
que estar el día que había qué estar. Un viaje de
la mano de una mujer que lo ha dado todo y más.
¿Por qué es tan grande
la catedral?. Paseaban por Sevilla, una Sevilla histórica, de la
mano de ella, siempre ella, acompañados con eruditos, con apasionados
de la historia, recreándose ante cada azulejo. Azulejo por azulejo,
palacio por palacio, sin parar de escuchar historias, cuentos, poemas …
Flamenco en la noche, flamenco que no se puede explicar a historiadores
que vienen de fuera y quieren comprender lo que no se puede explicar.
¿Por qué es tan grande
la catedral?. Paseaban por Sevilla, una Sevilla repleta de naranjas y completamente
sola, una Sevilla en el mes de enero. Iban de camino a un restaurante con
un nombre equivocado, era la misma Sevilla de otro abril, años antes,
otro febrero, todavía muchos años antes … tantas Sevillas,
que se fundían los recuerdos, y cada viaje quería sobreponerse
al anterior, como si eso fuese posible. A veces lo han intentado, como
cuando metieron a empujones la catedral gótica dentro de la mezquita
de Córdoba.
Durante la cena salió Ortega
y Gasset, cuando se refiere a la unidad cuerpo y alma en la mujer, la gran
diferencia entre hombres y mujeres, pero no lo aceptaba, para el viajero
no era esa la diferencia, realmente no había diferencias, porque
cada momento vivido se transforma en una memoria y con los años
se quieren olvidar, se quieren manipular, pero no se puede, es imposible
… sólo somos memoria, por eso es tan costoso equivocarse, porque
los recuerdos nos perseguirán eternamente.
Ella le dijo que la memoria no lo
era todo, que era lo que quedaba … ¿el amor en estado puro?, ¿el
amor sin memoria?, ¿es eso?
Y le contó aquella anécdota
de Dámaso Alonso, que sufrió alzhéimer y que un día,
al final, se encontró por la calle al poeta José García
Nieto y le dijo “no sé quién eres, pero te quiero mucho”.
¿Por qué es tan grande
la catedral?. Miraban a la Giralda desde una terraza enorme repleta de
tumbonas, detrás una luna que sólo ella puede haber olvidado.
¿Por qué es tan grande la catedral?. El viajero contestó
que la catedral tiene las medidas exactas de la antigua mezquita que se
quiso ocultar. A veces nos queremos engañar destruyendo el pasado
y creyendo que ya no existe.
En el tablao escuchan una soleá
que se titula “me viene persiguiendo”, que ahora se hubiese titulado “conduciendo
mirando por el retrovisor”. La soleá dice así:
por donde quiera que yo voy
me parece que te estoy viendo
la sombra de tu querer
que me viene persiguiendo
¿Por qué es tan grande
la catedral?. Porque se empeñaron en hacerla en el único
lugar que no había que hacerla, como todas las catedrales, como
todas las mezquitas antes de las catedrales, como todas las iglesias antes
de las mezquitas, y así, siempre lo mismo.
Pero queda el futuro, decía
el viajero, queda saber que un día la memoria no dictará
nuestra vida, ese día sólo … “no sé quién eres,
pero te quiero mucho”.
Cuando volvió al hotel, otro
hotel, el otro tenía demasiadas memorias … también tenía
una terraza con tumbonas para mirar a la Giralda y había una luna
que ni ella hubiese podido olvidar. El viajero se quedó dormido
y habló en sueños “sé quién eres, ahora sé
quién eres, y te quiero mucho”. Sólo somos memoria, por eso
es tan costoso equivocarse, porque los recuerdos nos perseguirán
eternamente ... pero lo único importante es que sólo somos
cuando el amor vence a la memoria. In paradisum, Memento mei Deus
…
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