VIAJE A LA LUZ DE UN CUADRO DE VENECIA A veces no se tienen fuerzas para adquirir un cuadro. Venecia es mucho más que Venecia. Allí disfrutaban de siestas eternas y dejaban abierta la ventana que daba a un pequeño canal para poder escuchar las canciones de los gondoleros. Cuando volvieron …, le costó encontrar un cuadro con la luz de la tarde en Venecia, pero lo encontró y se lo regaló. Ella le correspondió con un cuadro de uno de los parques madrileños. Pasaron muchos años ...Cuando volvió del lugar donde se habían conocido, cuando volvió al lugar en que recuerda, pasó por una galería de arte y vio otro cuadro de Venecia. Ya no era la luz de la tarde, era la luz de media mañana en un día repleto de sol. Una luz que chocaba en el agua del gran canal y hacía cerrar los ojos con un fogonazo. Pasó a comprarlo para regalárselo y ya dentro se dio cuenta ... Empieza el viaje. Entre cafés, el amigo científico le dijo que después de muchos años sabía lo que era la saturación sentimental. El viajero no le contestó. Le espetó que siguiese con sus fantasías, pero que la saturación es algo natural y le recordó la frase del actor “el que después de cincuenta años de casado diga que sigue enamorado, es que nunca ha conocido el amor”. El viajero no le contestó. Luego dijo que no merece la pena comprar un cuadro sino lo puedes regalar. Seguramente nadie le escuchó o ni siquiera lo llegó a decir. Ya en casa, el viajero cerró los ojos y volvió a Venecia. Una motora les recogía en el hotel y les llevaba al aeropuerto a través del gran canal. Era media mañana en un día repleto de sol. Una luz que chocaba en el agua del gran canal y hacía cerrar los ojos con un fogonazo. Era la última mirada … A veces no se tienen fuerzas para adquirir un cuadro.
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