VIAJE A LAS ESTRELLAS MENUDAS “Que el mundo, enamorado de la noche, dejará de adorar al sol hiriente”. Shakespeare. Cuando el viajero miraba cada noche a las estrellas desde el final de la cuesta, el único lugar en que no había farolas, y podía ver tranquilamente la osa menor sobresaliendo por encima de las montañas … Cuando los árboles y las ciudades se llenaban de pequeñas luces menudas y salía a pasear hasta llegar a cualquier palacio, cualquier puerta monumental, cualquier ruina, cualquier fuente … Cuando paseaba hasta el final del muelle para ver el mar romper en la noche … Cuando encendía las farolas de un jardín dormido para ver sus árboles … Siempre alzaba la vista para ver sus estrellas menudas, es decir, ella, y le venían a la cabeza las palabras de Shakespeare puestas en boca de su Julieta. “Ven, noche gentil, noche tierna y sombría … y, cuando yo muera, córtalo en mil estrellas menudas: lucirá tan hermoso el firmamento que el mundo, enamorado de la noche, dejará de adorar al sol hiriente.” El viajero nunca supo ni quiso olvidar. Siempre le atormentó la idea de no haber dicho todo a los que ya no pueden escucharlo. Y en el sueño, tan real, lo dijo. Dijo que ya lo había dicho, que era parte de la verdad, pero no tantas veces como debiese. Aquel padre le miró y le dijo lo que dicen los buenos padres: no hace falta que me dijeses muchas veces que me querías, ya lo sabía yo. Y cuando le dijo que lo había hecho muy bien, el padre le contestó que estaba allí estando hoy. Y cuando despertó, comprendió que no hay pasado, ni futuro, que todo es un presente perpetuo y que cuando uno lo da todo hoy, lo está dando siempre, siempre, siempre …., haciendo el presente perpetuo. Cuando se despertó de madrugada recordó todo el sueño. Lo tenía tan presente que todavía parecía real. Cuando se pierde la memoria, qué terrible enfermedad, sólo queda el presente, sin futuro, sin pasado, un presente perpetuo. A veces la memoria no se pierde
por enfermedad, sino porque se sigue viviendo y sólo se puede seguir
viviendo a golpe de olvidos.
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