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SOMOS QUÍMICA PURA.
¿Cuál es el pegamento
de la sociedad?.
Hace unos años Paul Zak,
director del Centro para Estudios Neuroeconómicos, en California
(EE UU), vio que si rociaba con oxitocina a varios voluntarios, éstos
se volvían mucho más dispuestos a confiar su dinero a un
extraño. Y funcionaba sólo entre personas, no cuando se trataba
de invertir por ordenador.
No deja de ser curioso el distinto
comportamiento familiar de dos especies de roedores, por lo demás
muy similares, se debe a la oxitocina y a otra hormona similar, la vasopresina.
La especie que vive en llano crea relaciones monógamas largas para
cuidar a las crías, mientras que en la de montaña hay mucha
promiscuidad y los machos pasan de la prole. Las primeras tienen muchos
más receptores de oxitocina y vasopresina que las de montaña.
Es decir, que "la oxitocina es el
pegamento de la sociedad, tan simple y tan profundo", ha declarado Zek,
cuyo trabajo ha publicado Nature.
A más oxitocina más
afecto. Los seres humanos generan esta sustancia en las interacciones sociales
placenteras y durante el parto y la lactancia o durante las relaciones
sexuales. Basta que el bebé chupe los pezones maternos para que
la madre produzca oxitocina y prolactina.
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