LA AVENIDA DE LA SOLEDAD

Un camino para aprender a estar solo.

Un escritor nos contaba que ante la imposibilidad de convencer a sus amigos para hacer el Camino de Santiago decidió hacerlo solo. Y ya puestos, pues a hacerlo a lo grande, desde Roncesvalles.

La única razón por la que lo hizo fue porque quería saber si podía soportar la soledad. Y la soportó y lo más difícil, se mantuvo callado (esto habría que verlo). Dice que prefería escuchar las historias de los peregrinos que eran más interesantes que sus historias.

Aquí de navegación por satélite (GPS) nada de nada, ni brújula, las indicaciones del camino y las estrellas. Pero una de las noches del camino, uno de los peregrinos contó que le habían propuesto a Bob Dylan poner su voz a un sistema GPS. Dijo Dylan: "Creo que sería interesante que puedas escuchar mi voz cuando busques direcciones. Diría algo así como: 'A la izquierda en la siguiente esquina... No, mejor a la derecha... ¿Sabes qué? Sigue recto". 

Y añadió, "No creo que sea la persona indicada para orientar a nadie, yo siempre acabo en un lugar, la Avenida de la soledad. Por suerte, no estoy completamente solo: Ray Charles me lleva hasta allí".

Si Bob Dylan buscase en google “Avenida de la soledad” se quedaría asombrado de la cantidad de pueblos que tienen una calle con este nombre. Y choca en una cultura que no reconoce la soledad y que lo considera la mayor de las desgracias.

Así que cuando nuestro amigo escritor acabó el viaje, después de perderse varias veces por no llevar el GPS, el último día por fin rompió su silencio y dijo en una hoguera de peregrinos, con voz solemne, que había aprendido que podía soportar la soledad. Entonces una señora que andaba por allí, cargada de años y de soledad, le dijo que eso no se aprende en unos días de camino, que hay que andarse muchas veces la avenida de la soledad para conocerla, que son muchos los caminos que debe … Y antes de acabar la frase, el escritor aceptó la lección y cantó una canción.