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LA SEDUCCIÓN
Jugando al donjuanismo.
Los donjuanes andan siempre conquistando
y restituyendo lo conquistado, algo realmente cansado por lo repetitivo,
sin embargo, los amores platónicos tienen la ventaja de que no se
alcanzan, así que mantienen entretenido al don Juan que practica
su arte de seducción, sin temor a ser aceptado y tener que enfrentarse
a la temida petición: pon tu firma bajo tus promesas.
A veces los amores platónicos
no lo son porque el mismo don Juan se lo niega, porque pensaría
que está traicionando un recuerdo, un amor auténtico. Lo
dice su lenguaje corporal, su casa, todo dice que no quiere nada que rompa
aquel lazo. Pero se mienten a si mismos y a los demás. Utilizan
excusas para huir, porque hay algo muy fuerte que les ata.
Y casi siempre ven lo que más
temen, que no está hablando la persona, está hablando su
personaje. Ya no sabe distinguir. Ya no sabe lo que es verdad y lo que
es mentira. Y le da pánico reconocer que no le importa lo más
mínimo: eso es el donjuanismo.
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