LA ESTABILIDAD EMOCIONAL Y LA CONVIVENCIA El arte de administrar la paciencia. El mismo problema tiene diferentes reacciones según nos pille. Hay día en los que uno no se aguanta y días en los que todo parece perfecto. Estos desajustes emocionales hacen muy difícil la convivencia, pues las personas que nos rodean no saben a qué atenerse. Si un día se alza la voz y al día siguiente el “gritón” se deshace en halagos, está generando un tremendo desconcierto a las personas que le rodean, por lo que la persona inestable emocionalmente acaba siendo aislada. La estabilidad emocional requiere de paciencia, mucha paciencia, y sobre todo mantener la cabeza fría y la distancia de los problemas. En el caso de los padres nos encontramos con padres muy cariñosos un día que están completamente desesperados al día siguiente. En el caso de las relaciones laborales nos encontramos con jefes muy condescendientes y aduladores que se transforman en déspotas según tengan el día. Un factor determinante de la personalidad en contener la impaciencia y el entusiasmo. La clave es darse tiempo a uno mismo,
crearse poco a poco el hábito de no actuar o decidir precipitadamente,
sobre la marcha, sino darse tiempo para reflexionar, para enfrían
la cabeza y apartarse de calor del momento.
|
|
