PIENSA COMO SI FUESES UN ADOLESCENTE Con la entrada en la adolescencia el niño … Y PREPÁRATE. No solo cambia la estatura, afecta a su rendimiento escolar, a la violencia escolar, al temor a no tener amigos, ya no digamos las drogas y el alcohol. Y llega el “no soporto que me vean salir del cine con mis padres”. Los besos y abrazos de la niñez pasan a la historia y con suerte se consigue un leve gesto de cabeza. Y luego llegan las contradicciones: defensores de la naturaleza pero tiran basura en cualquier sitio. Y claro no se puede ser ni autoritario ni indulgente, que a ver como se entiende. Y llegan los horarios y la imposible explicación de los límites. El sentido de la responsabilidad se adquiere con el tiempo .. que se hace eterno, porque de colocar la habitación ni hablar, de poner la mesa, de estudiar .. Y el psicólogo pide a los padres que no se desalienten, “ni pierdan ustedes la paciencia”, “Es falso que todos los adolescentes sean rebeldes y difíciles, y necesitan ser tratados con respeto, que se reconozca y aprecien sus diferencias”. Lo que está claro es que no hay receta mágica. Lo que funciona con unos no funciona con otros. Escuche. No hables. Limítate a escuchar, no interrumpa y ponga atención a lo que dice. Aproveche que quiere hablar con Usted, que no es poco. Si ante un error o incumplimiento reaccionamos desproporcionadamente, se acaba a gritos e insultos. Esto es lo peor. Mejor piensa como adolescente: ¿cuándo te dejó la novia?, ¿qué tal se te daban las matemáticas?, ¿qué paga te daban a los 15 años? … Y fija límites. Los adolescentes se resisten a los límites impuestos, pero los límites dan seguridad y sentimientos de estar atendidos. Y sé claro: “En casa antes de las 9’30h” es mucho más fácil de entender y cumplir que “vuelve temprano”. Si la norma es llegar antes de las 10, no debe ignorarse que llegó dos horas tarde. Usted perdería credibilidad si no le hace afrontar las consecuencias de tal retraso. Y que la fuerza te acompañe
porque menuda tarea ser padre de un adolescente.
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