PROTOCOLO

PROTOCOLO EN UN RESTAURANTE

Excesos de confianza. El arte de ser un buen camarero.

Cada vez más se tiende a cenas informales en las que las reglas de protocolo en el servicio se relajan, así como el trato entre clientes y camareros, y lo que es más importante, la profesionalidad de los camareros. En la mayoría de este tipo de restaurantes se trata de camareros ocasionales, estudiantes que hacen un trabajo extra, pero que realmente desconocen la profesión, porque ser camarero es mucho más que llevar un plato.

Uno de nuestros lectores se queja del excesivo trato íntimo en algunos restaurantes. En este caso nos indica que el camarero le llamó amigo varias veces “amigo” durante la comida a pesar de no conocerse de nada y de que doblaba la edad al camarero. Otro lector incide en la importancia del servicio en cada una de las actividades profesionales, ya sea camarero o médico, se trata de prestar servicio al cliente.

El tema se complica en caso de quejas, pues el equipo de dirección de algunos restaurantes tampoco tiene el nivel de profesionalidad mínimo. En muchos casos se está buscando ajustar los precios, con lo que se reducen todo tipo de costes, pero el éxito de un restaurante consiste precisamente en el equilibrio entre el precio y la atención. Respecto a los camareros, los años de oficio enseñan que no todos los clientes son iguales, y que en materia de trato, la iniciativa la tiene el cliente, siempre dentro del respeto y la cortesía recíproca, porque todos hemos visto el caso de clientes pasados de copas que pierden las formas.

Afortunadamente, muchos camareros consiguen un equilibrio perfecto, con un trato cortés y amistoso, sin llegar a ser familiar o excesivo. Son esos camareros que sólo de un vistazo saben si se trata de una parejita que sólo quiere una mesa tranquila y apartada, o una fiesta de familia, o una reunión de negocios. 

Un buen camarero puede convertir una comida ordinaria en fantástica, pero esto requiere años de experiencia y gusto por el trabajo, la relación social, el deseo de conservar al cliente.

Respecto de los clientes maleducados, les recordamos que no se trata de esclavos, sino de personas que desempeñan un trabajo muy difícil, el de ser camarero, y que al igual que sucede en todos los ámbitos de la vida, uno nace con una única obligación: ser educado y cortés, incluso si usted presenta una queja. Si usted trata a su camarero de una manera adecuada, lo más probable es que se asegure una noche perfecta.

Por ejemplo, un camarero aliado facilita una información esencial. Los camareros profesionales tienen la obligación de probar todo el menú y conocerlo a la perfección para informar a sus clientes. Pueden ofrecer un buen consejo, por eso, en caso de duda, que elija el camarero. Ellos sabrán qué platos no se puede perder y pueden ayudarle a construir un menú que será perfecto para su mesa.

Y luego están los camareros que se esmeran, como los que llevan un plato de degustación a su mesa y le dicen: oí hablar maravillas de este plato y quiere que lo pruebe. Podría ser un postre extra porque se está celebrando una ocasión especial. O podría ser una copa de vino.

Y ya dejamos al camarero, porque ella es el centro de todo, y se tiene que sentir el centro de todo. ¿Cuándo cenamos?.
 
 
 

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