POESÍA, ESCRITORES, AISLAMIENTO Y SOLEDAD.

“los escritores tendemos a sentirnos aislados y además deseamos estarlo, sobre todo a partir de cierta edad…”. Javier Marías

"Javier Marías recibió en Salzburgo el Premio de Literatura Europea del Estado Austriaco y en el discurso que pronunció en la entrega del galardón" dijo: “creo que la mayoría de los escritores tendemos a sentirnos aislados y además deseamos estarlo, sobre todo a partir de cierta edad…” Se trata, más que nada, de la necesidad que siente de ser casi único, de no verse ya nunca más como mero miembro intercambiable de una generación o grupo, ni siquiera como "hijo de su tiempo".  …”El escritor sabe que el país en que nació y la lengua en que se expresa son importantes, pero secundarios, algo hasta cierto punto accidental, azaroso y reversible.”  “…sabe que la lengua no es más que un vehículo, una herramienta, nunca un fin en sí mismo ni algo sagrado, en modo alguno superior a quienes se valen de ella.”

El tema ha generado un debate entre los escritores y por supuesto entre psicólogos. 

La poeta Teresa Ramos Rabasa nos comenta que “la soledad a menudo se vive como algo amenazante e incluso terrible y en otras ocasiones no, se vive como un espacio de encuentro con uno mismo, que se puede llegar a disfrutar muchísimo”. “Me refiero a vivir en soledad, cuando esa soledad es elegida y al mismo tiempo disponer de recursos personales para socializar cuando la persona lo decide. Personalmente pienso que puede ser tremendamente creativa, y muy rica. En el silencio, con la forma que tiene de hablar el silencio, de volvernos hacia adentro, de llevarnos a escuchar el interior, ese interior podría empezar a mostrarse como un torrente caudaloso, ese sería el caso de un escritor-a que se dirige a su interior, mira a su alrededor y devuelve al mundo una obra. Como un produzco que nace de la alquimia que se establece entre su visión del mundo, su memoria, sus conocimientos y la apertura de sus ojos en el momento presente”.

Añade Teresa Ramos que “la soledad no tiene porqué ser terrible. La soledad es una condición que a uno le sucede, en ocasiones impuesta y en ocasiones elegida, cuando se elige conscientemente, la forma de vivirla es muy distinta a la que aparece sin previo aviso”. “Yo diferenciaría entre soledad y aislamiento. Estar solo no es sinónimo de aislarse, sin embargo para muchas personas es así, se sienten auto excluidos o directamente excluidos del juego de la vida. Es entonces cuando la persona se encuentra en una encrucijada a nivel vital y puede que sienta la necesidad de hacer algo por ella misma. Trata de cuidarse procurándose los estímulos que necesita, como tú dirías se vuelve creativa o se encierra en su soledad con su consecuente dureza”.

“Yo no creo que la soledad en si misma vaya acompañada de la creatividad, dependerá de las personas, de lo apasionadas que sean o no, me refiero a la pasión por vivir, de las ganas que tengan o no de vivir con mayúsculas. En ese caso, el volver a remitirse uno mismo a su interior significará encontrar la fuerza y el impulso para modificar su realidad, y en el mejor de los casos descubrirá maneras de desarrollar proyectos creativos. Crear, al menos para mí en poesía tiene que ver con una forma de vivir, de percibir el mundo, de involucrarme en él. Como si se tratara de un diálogo, o incluso una danza que sucede entre el exterior y yo misma. Algo que surge de una imperiosa necesidad de crear mi propia realidad y añadirle ventanas, puertas, vistas al mar y hablar también ¿Cómo no? del sufrimiento del mío si lo sintiera, del de la gente que está en mi vida, del de los vecinos, de los ciudadanos que no conozco o de lo que imagino que siente alguien en particular”. 

“Yo no puedo hablar por otras personas, todos sabemos que siempre han existido creadores atormentados, perturbados, encerrados en su mundo sin salidas aparentes, viviendo vidas paupérrimas, es entonces cuando la creatividad se pone al servicio de la persona y se presenta como una puerta para canalizar las necesidades de descarga emocional, pulsiones o “iluminaciones” del artista, antes “tal vez enfermo” o tal vez objeto de una serie de fatalidades que le suceden muy a pesar de su propia voluntad.”

Por último, la poeta Teresa Ramos concluye diciéndonos que “la soledad vivida como agresiva, cuando resulta hiriente, cuando es como una llaga que no consigue curarse podría resolverse de forma creativa, encontrando nuevas opciones, en el mejor de los casos. Pienso que es factible crear mucho y muy bien, rodeado de los otros, del compartir, del disfrutar del diálogo y los espacios sociales que permitan desarrollar el talento propio”.