POESÍA /Veladas
poéticas. |
LO ARRUGABA A BESOS.
Ana María Matute y un niño
de ocho años.
Escuchar a Ana María Matute
(1926) en la plenitud de su vida es una de esas experiencias que nunca
se olvidan.
Habla como escribe y dice con toda
naturalidad frases que nos traspasan.
“Salir de ti mismo.
Ir más allá de ti mismo y buscar lo que todos los hombres
y mujeres buscamos.”
“A lo mejor es lo que parece,
pero muchísimo más allá de los que parece.”
“Los niños tienen derecho
a ser malos, a ser ellos. No es un niño tonto. Es un niño
y nada más.”
En 17 de noviembre de 1952,
Matute se casó con el escritor Ramón Eugenio de Goicoechea.
En 1954 nació su hijo Juan Pablo, al que le ha dedicado gran parte
de sus obras infantiles. "Los cuentos son en prosa lo más parecido
a la poesía".
Se separó de su esposo en
el año 1963. Como resultado de las leyes españolas, Matute
no tenía derecho a ver a su hijo después de la separación,
ya que su esposo obtuvo la tutela del niño. Esto le provocó
problemas emocionales.
“Me separaron de un
niño de ocho años. Eso duele y sufrí mucho. En aquella
época el niño era para el padre. Me lo quitaron.”
Consiguió que le dejasen
ver a su hijo los sábados y domingos.
“El mejor cine, todo
lo mejor para mi niño …. , aunque luego estuviese toda la semana
a pan con tomate. Lo arrugaba a besos.”
Un domingo le llevó a
casa de su padre en un taxi. El niño preguntó a su madre
¿cómo quedamos?. Ella se derrumbó abrazando a su hijo.
“Lo arrugaba a besos.” El taxista comprendió la situación
e intentó darla palabras de ánimo. ¿Quiere Usted que
paremos y toma algo para recuperarse?. Pararon y la invitó a una
copa de coñac. Luego la llevó a su portal y se negó
a cobrar.
“Todavía lamento
no haber tomado la matrícula del taxi. … No me enorgullezco de pertenecer
a la especie humana, pero de vez en cuando das con personas que te hacen
cambiar de criterio”.
|