¿HACER UN HIJO O TENER
UN HIJO?.
Hombres que quieren ser padres con
derechos garantizados, con un miedo atroz a que les quiten a sus hijos.
Uno no acaba de sorprenderse. Era
una pareja de mediana edad que llevaban años juntos tras recomponer
sus vidas. Ella deseaba un hijo, pero cual fue su sorpresa cuando un día
él le dijo que había decidido tener un hijo, pero alquilando
un vientre materno.
Ella pensó durante mucho
tiempo que era una broma, pero a medida que facilitaba detalles del plan
comprendió que de broma nada. Ella le comentó que esperaba,
tras varios años de vida en común, tener un hijo juntos.
Y es aquí cuando recibió una contestación que pone
en evidencia los miedos de los hombres de hoy en día: yo no te quiero
hacer un hijo, quiero tener mi hijo.
Este hombre había pasado
por un proceso de divorcio traumático. Le habían privado
de ver a sus hijos a pesar de ser un fanático de los niños.
Era de esos hombres modernos que se levantan de un consejo ejecutivo porque
es la hora del baño de los niños y no hay nada más
importante. Así que al verse privado de ver a sus hijos a diario,
de comprobar que la paternidad la asumía otro hombre al que también
llamaba papá, le partió el corazón.
Tenía miedo a que esta vez
le sucediese lo mismo y no quería asumir ningún riesgo, quería
un hijo de él y sólo para él. La desesperación
de la mujer era terrible. Ella podía haber tomado la misma decisión
y tener un hijo sólo suyo a través de un banco de semen,
pero quería dar a su hijo un padre.
Luego ya vinieron los reproches
del tema de los hijos que no se pueden ver pero a los que hay que mantener,
todas esas cosas que no vienen al caso porque todo pierde su importancia
ante una nueva reacción inimaginable hace años: hombres que
a pesar de tener una pareja estable quieren ser padres con derechos garantizados,
con un miedo atroz a que les quiten a sus hijos.
Hombres que aceptan que el miedo
deje a sus hijos sin lo más importante, su madre.
En el fondo es el gran trauma del
hombre hacia la mujer, pueden hacer todo lo que hace un hombre y mejor,
pero además pueden sentir la vida dentro. El mundo cambia más
deprisa de lo que somos capaces de comprender y los hombres, muchos, cada
vez más, quieren ser padres, buenos padres, pero no se puede olvidar
que la madre lo es todo y más.
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