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Muchas historias para decirte
que yo te quiero más.
> Un hombre sólo es realmente un hombre cuando lo da todo por una mujer.
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EL PASADO NO PASA Sólo pasa el tiempo. Deberían corregir todos los diccionarios porque es un claro error etimológico, el pasado no pasa, sólo pasa el tiempo. Ya lo decía William Faulkner “El pasado no ha muerto. Ni siquiera ha pasado”. O el cineasta Patricio Guzmán "el pasado no pasa, vibra y se mueve con las vueltas de mi propia vida”. O el poeta Adolfo Sánchez Vázquez: “Que el pasado no pasa enteramente / y el que olvida su paso, su presencia,/ desterrado no está, sino enterrado.” Vivimos en el presente desde un pasado que somos incapaces de sobrepasar. Contaba un tenor ya retirado hace años que todavía recuerda que durante su adolescencia un día vio pasar a una bellísima chica de su edad mientras iba al trabajo. Al día siguiente, pasando por la misma plaza, volvió a verla. Un día se atrevió a decirla adiós. Se saludaban, se sonreían. Nada más. Creía que era alemana porque era muy rubia y muy alta. Una tarde de domingo, paseando con un amigo por el parque vio a aquella mujer abrazada a un hombre en un banco. Era un hombre mayor que él y lo primero que pensó fue “seguramente ese hombre ya tiene un porvenir hecho”. Ella le saludó, le sonrió y no se volvieron a ver nunca más. El se sintió aquel día como Charlot al final de sus películas, cuando la mujer de sus sueños se va con el otro. Si el pasado pasase no la hubiese vuelto a ver treinta años después. No se atrevió a saludarla. Se sintió tan avergonzado y tan Charlot como de adolescente. Pero el tiempo no pasa porque ni siquiera está seguro si de verdad volvió a verla o fue un sueño. Si el tiempo pasase, dos personajes anónimos, Steve y Carmen, no se hubiesen separado durante años porque Steve mandó una carta a casa de la dirección de la madre de Carmen, que la colocó en la repisa de la chimenea, de donde cayó, y quedó oculta en la parte trasera. La carta permaneció allí diez años, sin abrir, hasta que la familia la descubrió al efectuar unos trabajos. La carta decía así: "Espero que estés bien. Te escribo sólo para preguntarte si te has casado y si alguna vez todavía piensas en mi. Sería estupendo saber de ti, por favor ponte en contacto si puedes". Steve explicó que fue así de parco en palabras porque supuso que se habría casado y reconoció que "ya no esperaba una respuesta". Cuando la carta llegó finalmente a manos de Carmen, que seguía soltera, ésta llamó al número de teléfono que Steve había escrito. Días después se reencontraron en un aeropuerto.: "Fue como en una película. Corrimos por el aeropuerto hasta abrazarnos. Nos volvimos a ver y nos volvimos a enamorar por completo otra vez”. Pero la prueba fundamental es que
si el pasado pasase no habría boleros y sería inimaginable
un mundo en el que los enamorados no dijesen que esperan, sin importarles
que pase el tiempo, hasta que ellas quieran regresar. Porque el pasado
no pasa.
Dicen que la distancia es el
olvido
Supiste esclarecer mis pensamientos
Hoy mi playa se viste de amargura
Cuando la luz del sol se esté
apagando
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