PADRES SOLOS. EL
DESEO DE LA PATERNIDAD.
El caso de un padre que entendía
la paternidad en soledad. Nos guste o no, la primera palabra siempre es:
mamá.
Las relaciones familiares están
cambiando y la paternidad o la maternidad a veces no pasan por las relaciones
clásicas de pareja. Cada vez son más las mujeres que optan
por la maternidad al margen de un hombre y la asumen ellas solas. Esto
ya no es noticia. Tampoco lo es que hombres solteros adopten, pero hay
casos que hacen recapacitar sobre los cambios sociales.
Se trata de un hombre español
de 41 años, al que la obsesión por ser padre puede costarle
a un hombre dos años y medio de cárcel.
Según informa el periódico
el País, este hombre intentó adoptar a un niño ruso,
pero el Instituto Aragonés de Servicios Sociales cortó sus
expectativas al declararlo "no idóneo". Posteriormente, por medio
de la familia de dos empleados suyos supo que en un país americano
vivía una mujer de 22 años embarazada, sin recursos económicos,
que ejercía la prostitución, y que ya había entregado
a uno de sus hijos a los propietarios de una farmacia y que estaría
dispuesta a cederle el recién nacido.
Aunque la noticia ha saltado a la
prensa por aspectos legales, lo realmente curioso es que cada vez más
hay personas que se plantean la paternidad como algo individual, al margen
de las relaciones de pareja. Y no se trata de relacionarlo exclusivamente
con la adopción de niños por solteros, sino con el instinto
paternal única y exclusivamente.
Es algo que empezó con las
mujeres y la inseminación artificial, pero los hombres, que no pueden
concebir, también quieren ser padres solos.
Detrás está el eterno
debate sobre la decisión de uno de los padres de dejar a un hijo
sin la figura paterna o materna.
Todo cambia tan deprisa. Se está
dejando de relacionar paternidad o maternidad con pareja, sino con un vínculo
exclusivo entre padre e hijo. La sociedad camina hacia un individualismo
que asusta y presenta situaciones inimaginables hace pocos años.
La verdadera paternidad está
en su complemento con la maternidad. Mucho más que al revés.
Nos guste o no, la primera palabra siempre es: mamá.
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