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HISTORIA - ARTE / Curiosidades
históricas. |
MISERERE, MISERERE.
El Rey David y el remordimiento,
pero con música.
Somos historia, pasado y memoria.
Sin memora qué somos.
Cuando el Rey David dejó
embarazada a Batsheba, la mujer de Uriah, el Hitita, mientras éste
luchaba en una guerra a la que le había enviado David para que no
molestase. David escribió la siguiente carta, que entrega cerrada
a Uriah para que entregue a Joab, un general de David y superior de Uriah:
"Ubica a Uriah en la línea del frente donde el combate sea el más
duro; entonces retírate para que lo maten."
Cuando tiempo después el
profeta Natán le contó que en su reino había un hombre
rico con muchas ovejas que había robado a un hombre pobre su única
oveja, el rey David le preguntó ¿quién ha hecho algo
así? Tú, le contestó. Y entonces recitó el
Salmo Miserere, que no está en el libro de los reyes, sino en el
de los salmos, porque el remordimiento tiene su lugar …
Mas Tú amas la verdad
en lo íntimo del ser,
y en lo secreto me enseñas
la sabiduría.
Rocíame con el hisopo,
y seré limpio ...
Pero lo recordamos cantando …
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Miserere, miserere
Miserere, misero me
però brindo alla vita!
Ma che mistero è la vita,
che mistero
sono un peccatore dell’anno
ottantamila,
un menzognero!
ma dove sono e cosa faccio
come vivo?
vivo nell’anima del mondo
perso nel vivere profondo!
Miserere, misero me
però brindo alla vita!
Io sono il santo che ti ha tradito
quando eri solo
e vivo altrove e osservo il
mondo
dal cielo,
e vedo il mare e le foreste
e vedo me che…
vivo nell’anima del mondo
perso nel vivere profondo!
Miserere, misero me
però brindo alla vita!
Se c’è una note buia
abbastanza
da nascondermi, nascondermi
Se c’è una luce, una
speranza,
sole magnifico che splendi dentro
me…
dammi la gioia di vivere
che ancora non c’è!
SALMO 51 (50) MISERERE
Tenme piedad, oh Dios, según
tu amor,
por tu inmensa ternura borra
mi delito,
lávame a fondo de mi
culpa,
y de mi pecado purifícame.
Pues mi delito yo lo reconozco,
mi pecado sin cesar está
ante mí;
contra Ti, contra Ti solo he
pecado,
lo malo a tus ojos cometí.
Por que aparezca tu justicia
cuando hablas
y tu victoria cuando juzgas.
Mira que en la culpa ya nací,
pecador me concibió mi
madre.
Mas Tú amas la verdad
en lo íntimo del ser,
y en lo secreto me enseñas
la sabiduría.
Rocíame con el hisopo,
y seré limpio,
lávame, y quedaré
más blanco que la nieve.
Devuélveme el son del
gozo y la alegría,
exulten los huesos que machacaste
Tú.
Retira tu faz de mis pecados,
borra todas mis culpas.
Crea en mí, oh Dios,
un puro corazón,
un espíritu dentro de
mí renueva;
no me rechaces lejos de tu rostro,
no retires de mí tu santo
espíritu.
Vuélveme la alegría
de tu salvación,
y en espíritu generoso
afiánzame;
enseñaré a los
rebeldes tus caminos,
y los pecadores volverán
a Ti.
Líbrame de la sangre,
Dios, Dios de mi salvación,
y aclamará mi lengua
tu justicia;
abre, Señor, mis labios,
y publicará mi boca tu
alabanza.
Pues no te agrada el sacrificio,
si ofrezco un holocausto no
lo aceptas.
El sacrificio a Dios es un espíritu
contrito;
un corazón contrito y
humillado, oh Dios, no lo desprecias.
¡Favorece a Sión
en tu benevolencia,
reconstruye las murallas de
Jerusalén!
Etonces te agradarán
los sacrificios justos,
--holocausto y oblación
entera--
se ofrecerán entonces
sobre tu altar novillos.
EL MISERERE SE CANTA EN LA CAPILLA
SIXTINA EN LA MAÑANA DEL MIÉRCOLES Y DEL VIERNES SANTO.
Letra traducida del Miserere que
se cantaba antiguamente en las iglesias durante las misas de Semana Santa.
LETRA DE: "EL MISERERE"
Misericordia, Dios mío;
tu gran clemencia me valga.
Lágrimas vierten mis ojos,
confusión tengo en el
alma.
Por tu gran misericordia,
de mí ten piedad, Dios
mío.
Borra mis iniquidades
porque estoy arrepentido.
Las manchas negras del alma
y aquel pecado que hice
lava, lávalo de nuevo,
que tanto, tanto me aflige.
Ahora yo reconozco
que mi pecado fue grande,
y su continuo recuerdo
me tiene triste y cobarde.
Contra ti sólo pequé.
En tu presencia he pecado.
Con el perdón que me otorgues
se callarán los malvados.
Atiende, que soy muy débil
y en pecado concebido.
El mal lo traigo heredado;
soy un pobre desvalido.
Yo me acuerdo de aquel tiempo
en que inocente vivía,
y conocí los arcanos
de tu gran sabiduría.
Hoy necesito que laves
con el hisopo mi alma.
Blanca quede como nieve
al influjo de tu gracia.
Háblame dulces palabras,
que despidan mis tristezas,
que me absuelvan y me alienten,
que restituyan mis fuerzas.
Aparta tu faz divina,
no mires a mis pecados.
Sírvelos fuera del alma,
que me tienen contristado.
Un corazón puro y casto
crea dentro de mi pecho,
y en los unos de mi alma,
viva el espíritu recto.
Mírame con buenos ojos,
no me arrojes de tu lado;
No me prives de tu gracia
ni de tus dones sagrados.
Devuélveme la alegría,
y tu amistad siempre amable,
y fortaleza de príncipe
para servirte constante.
Por el escándalo dado,
y que tanto se ha perdido,
enseñaré tus verdades,
combatiré a los impíos.
Líbrame, Dios, de las
penas
que mis pecados merecen,
y mi lengua a tu justicia
celebrará para siempre.
Ábreme, Señor,
mis labios
porque mi lengua te alabe,
y te adore y te venere
como a Dios y como padre.
Mi dolor, mi contrición,
será a ti más aceptable,
que todos los holocaustos
y confusiones legales.
Sacrificio a Dios muy grato
en mi alma atribulada,
y un corazón ya contrito
nunca su amor la rechaza.
Mírame aún con
agrado,
y a tu pueblo con clemencia;
afianza tus murallas
y firme tu reino venga.
Haré entonces sacrificio
con toda suerte de gracia,
de amor, de paz y consuelo,
de justicia y alabanzas.
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