MICROMACHISMOS.
Micromachismos en las costumbres
sociales: todos culpables de tolerarlos.
El término "micromachismos",
lo define el profesor Luis Bonino como aquellos que perduran en esas conductas
invisibles de violencia de género, que son aceptadas socialmente
y que también son su germen.
Más precisamente, Micromachismo,
según Luis Bonino Méndez, se define como: “aquellas prácticas
de dominación masculina en la vida cotidiana, del orden de lo "micro",
de lo casi imperceptible, lo que está en los límites de la
evidencia”.
Al ser un conjunto de diversos comportamientos,
Bonino las dividió en tres tipologías para un mejor estudio:
micromachismos coercitivos, encubiertos y de crisis.
En los micromachismos coercitivos,
el varón usa la fuerza moral, psíquica, económica
o de la propia personalidad para intentar doblegar y hacer sentir a la
mujer sin la razón de su parte (intimidación, control del
dinero, uso expansivo del espacio físico, etc.).
En los micromachismos encubiertos,
el varón oculta (y a veces se oculta) su objetivo de dominio. Algunas
de estas maniobras son tan sutiles que pasan especialmente desapercibidas,
razón por la que son más efectivas que las anteriores (abuso
de la capacidad femenina de cuidado, maniobras de explotación emocional,
creación de falta de intimidad, etc.).
Y, los micromachismos de crisis
suelen utilizarse en momentos de desequilibrio en el estable desbalance
de poder en las relaciones, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del varón
por razones físicas o laborales (tenemos: seudoapoyo, hacer méritos,
dar lástima, etc.).
EJEMPLOS DE MICROMACHISMO
Justificar una conducta: "No podía
dejarla que me hablara de ese modo. No había otra cosa que hacer."
Culpa a la mujer: "Si no te metieras
cuando estoy regañando a los niños, no les pegaría."
Culpando y juzgando: “Eres una cocinera
terrible. ¿Por qué tengo que venir a comer esto?."
Rebajando su culpa: "No te pegué
muy fuerte" o "Nada más le pegué a uno de los niños,
les podría haber pegado a todos."
Amenazando: "Cállate o te
…"
Despreciando: Sale de la habitación
mientras que la víctima está hablando, o grita más
fuerte que ella, critica en público a la víctima.
Se hace la victima para manipular
sentimientos a su favor.
El posesivo: “todo lo que tienes
lo he ganado yo …”
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