ANTES DE LOS 18 DEMASIADO JOVEN,
DESPUÉS DEMASIADO VIEJO.
Algo hacemos mal.
Walter Riso, autor de "Amores altamente
peligrosos" respondía en una tertulia literaria del siguiente modo,
tal y como reprodujo el Faro de Vigo:
-Hay quien dice que debería
estar prohibido casarse antes de los treinta. ¿Es necesario pasar
por un largo proceso de prueba y error para estar seguros de qué
pareja nos conviene?
-Los griegos decían que antes
de los 18 eras demasiado joven, y después de los 18, demasiado viejo...
Depende de la madurez de cada uno y de la suerte de encontrar a alguien
compatible. Los matrimonios no se casan hoy tan jóvenes pero se
separan muy rápido. Algo hacemos mal. Si uno utiliza la razón,
además de la emoción, para elegir a la pareja, las probabilidades
de éxito son más altas. Se trata de pensar bien.
Luego le preguntaron como siempre
por el mayo del 68.
-Yo lo viví intensamente
en esa época. Los principios y la inspiración siguen vigentes:
ser lo menos celoso posible y tratar de tener un amor lo más libre
posible. Pero el amor totalmente libre lo ensayaron Jean Paul Sartre y
Simone de Beauvoir y no les funcionó. Tampoco a Bertrand Russell...
Jamás he tenido celos en mi vida, tengo muy claro que la otra persona
no me pertenece. Los celos se pueden sentir, tienen que ver con la inseguridad
de uno y con lo coqueta que sea la otra persona. Pero que toda la relación
gire alrededor de los celos, de la dependencia; que sea más un deber
que una voluntad... todo eso se rompió. Todavía no comprendemos
del todo las relaciones o el amor.
Otra pregunta interesante fue sobre
si la sexualidad se vive de forma diferente en el hombre y en la mujer.
-No me cabe duda, por más
que exista la tendencia igualitarista desde los 60. Por mi consultorio
pasan feministas destruidas afectivamente, así como hombres autocontrolados
que tienen un ataque de testosterona y terminan haciendo cualquier locura.
La mujer maneja mucho mejor el erotismo que el hombre, que es más
sexual. Los trastornos sexuales, las parafilias, son en un 99% de hombres.
La libertad sexual es una revolución que le queda por hacer a las
mujeres, igual que en el hombre no se ha hecho todavía una revolución
afectiva. Sigue faltando mucho para que una mujer escoja a un hombre por
la calle porque le gusta y le diga "venga, hagamos el amor".
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