LA ÚLTIMA PALABRA, DIVORCIO.
Entrar en una relación pensando
en como salir al primer problema, es como andar de espaldas.
Hace algún tiempo un grupo
de sicólogos se dedicó a buscar parejas que tras cuarenta
años de matrimonio continuasen siendo felices.
No fue fácil, pero consiguieron
reunir a unos cuantos y les bombardearon a preguntas. Reconocen los entrevistadores
que esperaban respuestas románticas y nostálgicas, pero nada
de eso.
La primera coincidencia fue que
el matrimonio empieza cuando llega la realidad. El noviazgo, el enamoramiento
son la base que deben sustentar siempre la relación, pero el día
a día es otra cosa.
Decían que la última
palabra que debía pronunciarse era divorcio porque entrar en una
relación pensando en como salir al primer problema, es como andar
de espaldas.
Todo el tiempo que se emplea en
pensar como salir del problema debe emplearse en averiguar como solucionarlo.
Las parejas consultadas redescubrieron
una palabra olvidada "compromiso", pero reconocieron que todos ellos se
habrían divorciado si hubiese habido adulterio, adicciones al alcohol
o las drogas, o malos tratos.
Reprochaban a los jóvenes
que idealizan la relación de pareja y se olvidan de que cuando dos
personas conviven entran en conflicto todas sus diferencias. El amor no
puede ni debe terminar con los distintos puntos de vista, hay que respetarlos,
pero hay que aceptar las diferencias con armonía.
Muchos problemas tienen su origen
en cosas pequeñas, como la irremediable costumbre masculina de tirar
la ropa o no cerrar la tapa del inodoro. No está de más empezar
a reconocerlo y solucionarlo.
Otras veces los problemas son mayores
y en lugar de hablarlos hay silencio y resentimiento. Este es el primer
enemigo del matrimonio, el resentimiento y no saber perdonar. Los problemas
se hablan y si se perdona, se perdona y se olvida. Qué fácil
es perdonar y qué difícil es olvidar.
Un secreto para mantener el matrimonio
es buscar los momentos, recordarlos, revivirlos y no dejar pasar una oportunidad
para dar, porque amar es dar. Otro secreto es saber y querer recibir. Este
es el más difícil.
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