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UNA MUJER, DOS CAMAS. INFIDELIDAD
FEMENINA.
La infidelidad femenina se suele
juzgar desde la perspectiva masculina, pero el mundo femenino es más
complejo.
OPiNIÓN FEMENINA.
Si una mujer no está
llena en el sentido afectivo emocional, por parte de una pareja indiferente
que no la entiende como un ser humano sexual y que aún no ha descubierto
en ella el punto donde la pueda liberar de toda esa energía
propia, limitándose únicamente a penetrarla, el hombre puede
entonces correr el serio riesgo de una merecida infidelidad.
Las mujeres debemos conocer no
sólo las características de nuestra sexualidad sino además
tomar las medidas necesarias para su cuidado. Tenemos que estar preparadas
para diferenciar, claramente el rol de madre y el de mujer, aún
cuando ambos términos podrían sonar iguales, aunque pienso
que uno no se sobrepone al otro
No podemos asumir por siempre
un rol asignado por una sociedad permisiva para el varón y a la
vez frustrante para la mujer.
Aún cuando nuestra
sexualidad y su ejercicio vienen muy de la mano con el amor, cariño
y afecto, muchas veces una mujer también puede separar estos sentimientos
por los de la atracción física y/o sexual únicamente.
La infidelidad por venganza también
es muy femenina, pero está relacionada con el sentimiento
de inferioridad o culpabilidad posterior a la infidelidad de nuestra pareja.
Sin embargo, no hay mejor sensación
que cuando una se siente querida, amada y deseada, ahora si eso no te lo
da tu pareja, entonces...
LOS MUCHOS PORQUÉS
DE LA INFIDELIDAD.
La infidelidad, aparece como una
de las principales causas de la separación, sin embargo, no es la
verdadera sino que es una consecuencia de la falta de comunicación
entre los cónyuges.
El hombre por lo general no se siente
infiel, sino más bien, que ha tenido una aventura, un complemento
sexual a su relación matrimonial.
Dentro de los múltiples estudios
sobre este tema, caben varios tipos de infidelidad o de traición
afectiva, dependiendo de su motivación y el sujeto de acción:
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Un primer caso es la infidelidad
física, producto de una curiosidad, una fantasía no satisfecha
o una etapa saltada en la vida. La persona tiene deseos de experimentar
o conocer con otro que no sea su pareja, en vez de vivir las fantasías
dentro del matrimonio las vive fuera, no se compromete el afecto, es sólo
una aventura.
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Otro es aquella por enamoramiento
o emocional, donde la persona se involucra mucho más con su
amante, ya no es sólo una aventura de una noche, implica sentimientos,
lo cual dificulta la recuperación de la armonía dentro del
matrimonio.
-
Una tercera clase es aquella para buscar
una cualidad de la que carece la pareja estable. En unos casos, el amante
está dotado de una virtud o cualidad -psíquica, anímica,
temperamental, sexual, social o de otra índole- de la que carece
su pareja. En otros, el infiel se evade de su pareja estable y busca
un cómodo refugio donde liberarse de la opresión de la vida
y costumbres propias de la vida con su compañera(o).
-
Otra variedad es la infidelidad psíquicamente
insuperable. Son las personas incapaces de guardar lealtad o compromiso
alguno. El deseo sexual les resulta incontrolable. Son 'cleptómanos
del corazón', aprovechan la mínima ocasión, anteponiendo
su propio placer sobre sus valores. En el caso de los hombres son los llamados
'Juan Tenorio', que dudando de su virilidad, recurren a la infidelidad
una tras otra para comprobar su ego de hombre. Por su parte, las mujeres,
les cuesta crecer y permanecen en la etapa de la conquista, para mantener
una sensación de juventud. Generalmente son infieles con hombres
muchos más jóvenes que su marido.
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Existe también una especie de
infidelidad
platónica, en la cual se siente que el compromiso de comunicación
se da con otra persona y no con su pareja, aquí no se llega a la
cama, es una especie de "incomunicación afectivo espiritual".
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Otro género, un tanto inusual
y menos común, pero que existe, es la traición afectiva
'provocada', aquí los infieles inducen esta situación
con el objeto de salvar el matrimonio. Personas que no han logrado que
su pareja los escuche lo suficiente, que se sienten olvidados, quieren
que su compañero(a) se entere de lo mal que se sienten y que hay
alguien esperando por si no se les valora lo que ella o él requiere.
LAS DIFERENCIAS.
Infidelidad masculina básicamente
plantea a un hombre inmaduro, que la toma como un complemento a su relación,
en vista de su dificultad a la fidelidad o a poder profundizar en una relación.
Dentro de este tipo están también aquellos que lo hacen para
agredir a la pareja frente al compromiso, haciendo sentir a su mujer que
ellos no se sienten limitados al matrimonio, manteniendo una puerta abierta
de escape para la aventura ante situaciones de su desagrado dentro del
hogar.
La infidelidad femenina al
igual que en el varón se produce por el temor al compromiso, por
no sentirse lo suficientemente involucrada con su compañero en el
plano afectivo - comunicacional.
Dentro de las mujeres infieles están
aquellas que han tenido una sola pareja en sus vidas y pasado los 35 a
40 años, sienten la curiosidad de experimentar sexualmente con otros
hombres.
Hay algunos tipos de infidelidad
femenina en que la mujer lo hace con el objeto de manifestar su desprecio
por la figura masculina, usando al hombre y teniendo la sensación
de control, generalmente por una situación de venganza ante episodios
de su infancia provocados por su padre u otros hombres.
Muchas veces son mujeres frígidas,
que hacen todo el espectáculo frente a sus amantes, sintiendo en
su fuero interno que son ellas las que dominan la situación y cuando
quieren se deshacen del hombre.
LOS MITOS.
Por lo general, "el hombre infiel
busca sexo y la mujer persigue sentimiento".
En efecto, los psicólogos
opinan que el hombre busca el sexo fuera de la pareja y le daña
más la infidelidad sexual, aún sin sentimiento de amor, es
decir, que su compañera se acueste con otro.
Por su lado, la mujer busca sentimiento
fuera de la pareja y le hiere más el engaño sentimental,
aún sin sexo, o sea, que su cónyuge ame a otra.
LAS RESPUESTAS ERRÓNEAS
DEL INFIEL.
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La culpa es del otro.
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Todo el mundo es infiel, es normal
y es un comportamiento aceptado.
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Las infidelidades son buenas, una infidelidad
puede darle nueva vida a un matrimonio aburrido.
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El o la infiel no debe enamorarse de
la o el amante.
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El/la amante debe ser más atractivo
(a) que el/la esposo (a).
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La culpa de la infidelidad es del otro
o la otra; de allí la necesidad de buscarse un (a) amante porque
la pareja falló en algo.
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La mejor manera de manejar una infidelidad
es hacerse de la vista gorda. En otras palabras “aquí no pasa nada”
y se evita una crisis.
LA ESPERANZA.
Suele creerse que el amor impide
que la infidelidad ocurra. Sin embargo, en relaciones donde hay mucho amor
también puede presentarse. El amor disminuye las probabilidades,
pero no garantiza la total fidelidad. Así como tampoco lo asegura
la intensa vida sexual que pueda llevar un matrimonio.
Personas que se llevan bien en
la cama pueden ser infieles por otras carencias, por encontrarse en una
ocasión de alto peligro, cediendo ante la tentación o bien
por sentimientos como venganza, resentimiento o simple curiosidad que propicien
este tipo de aventuras.
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