LA ELEGANCIA PERDIDA.
En una época en la que no
se cuidan los detalles, ahí va un ejemplo de cómo se cuida
a los clientes.
Un banco organizó un viaje
con sus clientes alrededor del mundo. El precio de aquel viaje no era tan
relevante como mantener como clientes a aquellos millonarios españoles
escogidos.
El responsable del viaje se enteró
de que uno de los clientes celebraba su cumpleaños. Llevaban bastante
tiempo fuera de España y sabía el deseo de aquel hombre.
Cuando estaban celebrando la cena
de despedida en Nueva York, durante los postres, se empezó a escuchar
el cumpleaños feliz tocado a piano. Al concluir la canción,
la pianista se levantó, se dio la vuelta y lanzó un beso
a su padre.
La hicieron venir desde España
para esa noche.

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