UNA CAJA CON UN PUÑADO DE TIEMPO.

“Lo tuyo te lo envío cualquier tarde”.

En una noche de boleros siempre hay sitio para el vals peruano y más en una noche de homenaje al maestro limeño Mario Cavagnaro. 

Durante el recital el cantante recordaba que el maestro tenía un oso de felpa.

De hecho, Mario Cavagnaro escribió en una revista esta historia “Osito de Felpa” y decía "De chico tuve un osito de felpa que, para mí, era el hermano que nunca tuve. En mi adolescencia y en mi juventud también lo conservaba, nunca a nadie le conté la relación que tenía con mi osito. Un día, llegué de la universidad y no vi al osito sentado en un sillón de la sala, lo busqué y no lo encontré. Pregunté y me dijeron que habían pasado unas señoras pidiendo juguetes para los niños pobres y sin saber su importancia lo regalaron. Cuando me lo contaron se me cayó el alma".

Luego, antes de cantar la canción “Devuélveme el rosario de mi madre"de Mario Cavagnaro, prefirió leerla a modo de poema.

Cada vez que se escucha esta canción uno piensa si fuese todo tan fácil como llenar una caja de fotos y recuerdos y devolverla. Si fuese tan fácil borrar de la memoria un recuerdo. Si fuese tan fácil creer que has dicho la última palabra. Si fuese tan fácil no habría cajas en el mundo, pero las cajas no se pueden llenar con un puñado de tiempo. 

Luego bailamos y escuchamos la canción, algo que sólo es posible con los boleros, se baila, se escucha y se canta.