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FIJACIONES Y COMPLEJOS SEXUALES
MASCULINOS.
De la obsesión por la pureza
imposible al temor a una adecuada respuesta sexual. El miedo a ser comparado.
En ocasiones, la evolución
vivida en las etapas iniciales del desarrollo sexual se traduce en fijaciones
y complejos sexuales en la etapa adulta, pero son cuestiones distintas.
Por ejemplo, una fijación
sería la búsqueda de la pureza y ternura de la madre o profesora
inalcanzable. Esta fijación suele ser un acicate para el desarrollo
de una sensibilidad exorbitada que utiliza el arte como modo de sublimación.
A lo largo de la adolescencia se
mantiene la diferenciación entre el amor platónico y el amor
sexual. De hecho, es común tener novias y amigas, siendo cada relación
enmarcada rígidamente y definida como platónica o sexual.
Esta dicotomía es consecuencia de una revolución hormonal
de tal magnitud que descoloca temporalmente al adolescente. Su mente tardará
tiempo en asimilar lo que está pasando en su cuerpo.
La fijación adolescente por
antonomasia es el ‘donjuanismo’. El disfrute de la sexualidad y la falta
de compromiso una vez se ha conseguido una nueva conquista son sus dos
características. La sexualidad se vive como un deporte, para el
que el hombre está preparado, pero necesita continuo entrenamiento.
Cuestión bien distinta
son los temores, siendo el más común el miedo a la
impotencia. Se dice que lo más apropiado sería hablar de:
disfunciones eréctiles ¿Por qué? Porque la impotencia
tiene muchas variedades: pueden ser completas, parciales, situacionales,
ocasionales. Las preocupaciones, el cansancio, el consumo excesivo de alcohol,
pueden contribuir a la impotencia. Pero si bien las causas físicas
están presentes, los motivos psicológicos son determinantes,
porque reflejan la incapacidad del hombre de mostrar su esencia creadora,
su energía vital. Para el investigador W. Stekel, la impotencia
representa algo más: una sentencia pasiva, expresión de odio
preconciente, una necesidad de castigar a la mujer, que finalmente es castigarse
a sí mismo.
El segundo temor es la eyaculación
precoz y que afecta tanto a jóvenes como adultos. La razón
de la eyaculación prematura es generalmente psicológica,
por lo tanto sería apropiado descubrir las causas y ansiedades de
la persona, porque para un hombre controlar su eyaculación es seguridad
y a la vez relajación. Esta disyuntiva hace que surjan conflictos
en el hombre entre la entrega y a la vez control de si mismo.
Otro de los temores más frecuentes,
el tercero, es no comportarse a la altura de la situación. El temor
de no ser considerado aceptable, experto o a la altura del momento. Este
temor refleja la inseguridad latente, interior, de todo hombre hacia el
rechazo y fracaso por carecer de técnica o considerar la misma poco
efectiva. La comparación es un tema delicado, porque lamentablemente,
como en todos los terrenos de la vida, siempre habrá más
expertos que nosotros y también menos expertos que uno. Es una cuestión
de tiempo, experiencias, preparación.
El cuarto temor es el tamaño
de su pene. Esta ansiedad en su mayoría inconsciente, se basa a
que asocia el tamaño del pene con el placer: a mayor tamaño,
mayor placer.
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