CENAR CON ELLA

Cenar con ella no es devorar un entrecot y se acabó. Cenar con ella es regalarla una noche.

Ya se habrán dado cuenta nuestros lectores más fieles que pecamos de clásicos, pero es que hay tradiciones que es una pena que se pierdan y hay que mantenerlas. Y nadie nace enseñado, todo se aprende, todo requiere tiempo. Por ejemplo, se aprende a bailar para compartir la música con ella, para comunicarse allí donde no llegan las palabras, se aprende a bailar porque ella quería bailar …

Todas las mujeres son diferentes, cada una tendrá una preferencia diferente para esa cena tan especial, pero un caballero siempre permanece igual, un caballero es paciente, y está atento a los detalles. Ella es el centro de la noche y tiene que darse cuenta. Es como esas fiestas de cumpleaños en las que los bailarines se disputan el baile con la mujer que celebra su cumpleaños, ella tiene que sentirse especial, es su noche. 

Venga vamos a cenar.

Ninguna mujer puede resistirse al encanto de una noche perfectamente planificada, marcada por una excelente comida y la compañía aún mejor, pero nada de esto se puede notar, todo debe resultar natural. Un día unos amigos paseaban por un lugar especial, muy especial, nuestro amigo cogió la mano de aquella mujer y le dijo ¡a cenar!. La sorpresa fue la mitad de la noche. 

La cena es importante pero la clave está en los detalles, en esa puerta que se abre, en ese cumplido, en esa silla que se acerca … Ya hemos advertido que vamos de clásicos. Seguimos.

El secreto es que esta debe ser como ninguna otra cena que jamás haya tenido. Un regalo siempre está bien, pero un regalo especial, algo que la identifique. Nuestro amigo fue con su mujer a ver …, claro que no vieron …, pero encontró algo que se parecía … Son los detalles … Seguimos.

Durante la cena, saber escuchar. ¡Qué difícil nos resulta escuchar!. Si supiésemos escuchar seríamos perfectos, nos dicen por aquí. Ya nos dijeron lo mismo con lo del baile y ahí andamos.

Seguimos. Otra sorpresa un cóctel en ese sitio …, bailar … 

Se acabó, nos vamos a cenar, no a comer, a cenar con ella, a hacer de una noche una ocasión para recordar… porque llega un día en que vivir es recordar los vivido.