LA CARA EL ESPEJO DEL ALMA.
¿Puede bastar con sólo
mirar a la cara para saber si es proclive a la fidelidad o a las relaciones
esporádicas?.
Los rasgos de la cara son, también
en esto, el espejo del alma según una investigación realizada
por equipos de tres universidades británicas (Durham, Aberdeen y
St. Andrews).
A tenor de los resultados de su
trabajo, los hombres prefieren, en general, a las mujeres que están
abiertas a las relaciones sexuales a corto plazo, mientras que ellas se
sienten más interesadas en los hombres que podrían dar lugar
a una relación duradera.
Pero cómo se sabe. Según
este estudio, las mujeres más proclives a las relaciones esporádicas
son las que se perciben como más atractivas, mientras que los varones
promiscuos son reconocibles porque tienen unos rasgos faciales muy masculinos,
como pueden ser una mandíbula cuadrada, la nariz grande o los ojos
pequeños.
Los varones con estas características
son percibidos por las féminas como menos fieles, y por tanto peores
padres para las futuras criaturas.
Parte del estudio, cuyas conclusiones
se han publicado en la revista 'Evolution and Human Behavior', se realizó
en Durham con 700 voluntarios heterosexuales. A todos ellos les pidieron
que adivinaran las actitudes en las relaciones sexuales del sexo opuesto
mirando fotografías de unos veinteañeros, a quienes previamente
se les había interrogado sobre sus preferencias.
En una primera muestra, con 172
participantes, el 72% logró identificar correctamente las imágenes
con el nivel de promiscuidad, si bien preguntas adicionales daban a entender
que sus primeros juicios no siempre eran fiables.
«Nuestros resultados sugieren
que aunque hay personas que pueden identificar la estrategia sexual de
otras con sólo mirarlas, son señales muy sutiles de las que
no siempre están seguros», señala la psicóloga
de Durham Lynda Boothroyd, una de las autoras.
Dado que la preferencia por un tipo
de rostro u otro era clara, los científicos concluyen que hay impresiones
iniciales que ayudan a elegir a los compañeros potenciales, aunque
esa elección puede cambiar cuando se profundiza en el conocimiento
o con la edad.
David Perrett, de St. Andrews, considera
que «mientras la cara tenga impresas las señales sobre la
actitud sexual, los hombres no deberían presumir de cualquier tipo
de relación si lo que les importa es la elección de las mujeres.
De hecho, los promiscuos les resultan poco atractivos para relaciones largas
y también para las cortas».
En declaraciones a la prensa del
paleoantropólogo Manuel Domínguez-Rodrigo, de la Universidad
Complutense: «Los rasgos físicos muy masculinos están
relacionados con una mayor proporción de testosterona y ya se sabe
que los individuos con más testosterona son más promiscuos,
por lo que no extraña que se pueda percibir con una base física».
Respecto a las relaciones, señala que en los machos evolutivamente
la promiscuidad ha sido la norma, mientras que las hembras necesitaban
una pareja duradera para sacar adelante la progenie «por lo que buscan
machos que puedan comprometerse». «No obstante, ellas eligen
a los promiscuos (más atractivos) en las ocasiones en las que sólo
desean sexo», asegura el investigador español.

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