8 de agosto de 2016
LA IMAGINACIÓN CONTRA LA EXPERIENCIA Lo que un joven intuye por imaginación lo sabe el viejo por la experiencia de la edad. Un padre le dice a su hijo de 18 años: ¿te imaginas poder hablar contigo mismo pero cuando tenías 12 años? ¿Qué le dirías al niño que fuiste? Le daría un par de tortas por no estudiar y repetir curso, contesta el hijo. Ahora estoy pagando las consecuencias de lo vago que fui. Pues igual que te ves a ti mismo cuando eras niño, te veo yo ahora porque sé como vas a estar cuando tengas mi edad. Y sé de lo que te va a arrepentir y de lo que no. Los padres somos unos pesados para nuestros hijos. Y, como siempre dicen, no sabemos de nada. El tiempo hace que los hijos sean padres y vean con la experiencia lo que antes sólo intuían con su imaginación. La tozuda realidad de los hechos frente a las ensoñaciones juveniles. Lo que un joven intuye por imaginación
lo sabe el viejo por la experiencia de la edad. Por eso con los años
uno no deja de preguntarse ¿qué habría dicho mi padre
ante este problema? Pero entonces suele ser tarde. O a lo mejor no.
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