12 de julio de 2016
“ALLES WALZER!” “¡Todos al vals!” Durante el Congreso de Viena (1814-1815) a veces se hablaba de política, pero sólo cuando no es estaba bailando vals. Los embajadores astutos organizaban bailes y conseguían nuevas posesiones. El embajador español no bailaba el vals y no organizó ningún baile, así que nadie le escuchó cuando reclamó unos territorios en Italia. El embajador británico sí que se dio cuenta de lo importante del vals, así que tomo clases particulares y se cuenta que practicaba con sillas. Aprendió bien y una vez llegó a bailar hora y media seguida. Además organizó varios bailes en la embajada, así que no es de extrañar que consiguiese la Colonia del Cabo, Malta y Sri Lanka para Gran Bretaña. Y es que el mundo cambia cuando
el maestro de ceremonias grita el Alles Walzer! «¡Todos al
vals!» y empiezan los valses de Johann Strauss.
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