9 de mayo de 2016
EL ÚNICO FRACASO ES NO SEGUIR LUCHANDO. Siempre hay una razón para volver a levantarse. Que la vida es un camino río arriba es tan cierto como que nadie lo hace sin caerse una y mil veces, muchas veces sobre la misma piedra. Los sinsabores de los numerosos fracasos nos dejan varados en la orilla sin más fuerzas ni ganas que dejarse arrastrar por la corriente. Los vaivenes de los trabajos, los tropiezos sentimentales, las decepciones con los anhelos puestos en los hijos, eso que se dice yo no pude pero te lo voy a poner para que tu puedas, las enfermedades, la vejez … En lo alto de la montaña había una nube enredada en un pico, hacía viento y arrastraba la nube como si fuese humo. Así nos iba y venía aquella humareda de agua, hasta irse apoderando del valle. Así llega la vejez, poco a poco, sin darnos cuenta, hasta que nos deja empapados. Y para todo hay una razón
para volver a levantarse, porque el único fracaso es no seguir luchando.
Y vale que fracasemos todas las veces, pero que el siguiente puñetazo
nos pille en píe, levantados, sin doblegarnos a los golpes de la
vida. Y vivir así, cayéndonos y levantándonos, hasta
la última caída. Sólo así merece la pena vivir
y sólo se está vivo cuando uno sabe descubrir en su interior
una razón para volver a levantarse, para seguir intentándolo
hasta que cumplamos con la palabra dada.
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