4 de abril de 2016

EL HÍGADO, EL GRAN TRABAJADOR DEL CUERPO

El hígado es la glándula más grande que tenemos y la más trabajadora.

El hígado realiza más de 500 tareas de las cuales al menos 22 son vitales para el buen funcionamiento de nuestro organismo.

Su función es la de deshacerse de las toxinas del cuerpo.

Cuando el hígado tiene exceso de trabajo (mala alimentación, sustancias tóxicas…) todo el organismo se resiente.

Por eso hay que acudir al médico ante los siguientes síntomas.
 

  • Malas digestiones, hinchazón abdominal, nauseas especialmente después de comidas grasas, aumento de volumen alrededor del abdomen y estreñimiento. 
  • El síndrome de colon irritable, asociado con hinchazón abdominal y flatulencia suele deberse a un funcionamiento deficiente del hígado.
  • Levantarse por las mañanas con mal aliento y/o lengua manchada, son signos de que el hígado necesita ayuda.
  • Desagradables cambios de humor, depresiones y dificultad para la concentración y memoria. Si el hígado trabaja con dificultad, cantidades excesivas de agentes tóxicos se abrirán paso hacía la corriente sanguínea pudiendo afectar al funcionamiento del cerebro. Dolores de cabeza. Desgraciadamente, los calmantes pueden empeorar el hígado ya que este es el órgano encargado de romper la estructura de todo tipo de medicamentos.
  • Condiciones alérgicas tales como fiebre, urticaria, erupciones cutáneas y asma.
  • Tensión alta y/o retención de líquidos.
La hipoglucemia o nivel de azúcar en la sangre inestable. Un hígado irritado puede causar fluctuaciones inesperadas en el nivel de azúcar en la sangre, siendo un bajo nivel de glucosa el causante de fatiga, mareo, ligeros dolores de cabeza y necesidad de ingerir azúcar.

Si se alimenta al hígado con demasiadas grasas saturadas o en mal estado, este intentará expulsarlas a través de la bilis que fluye dentro de la vesícula y después al intestino delgado. Esto elevará el contenido de colesterol en la bilis y puede resultar en piedras en la vesícula (hechas de colesterol endurecido) e inflamación de la vesícula. Si el hígado no trabaja eficazmente, no producirá sales biliares suficientes para mantener el colesterol biliar en solución y se producirán piedras en la vesícula.
 

RECOMENDACIONES

Una dieta baja en proteínas y alta en grasas saturadas y carbohidratos, resulta perjudicial para el hígado.

Son desaconsejables las comidas preparadas, el azúcar refinada y sus subproductos, las harinas blancas, el alcohol y la cafeína. El azúcar refinado se transforma por el hígado  en grasa y colesterol. Llegará un momento en el que los triglicéridos de la sangre estén demasiado elevados y esto está asociado con un incremento del riesgo de enfermedades cardiovasculares. Evite todos los edulcorantes artificiales ya que son tóxicos para el hígado y causan hipoglucemia y fatiga. 

Mastique la comida lentamente, ya que la digestión empieza por la saliva cuando ésta se mezcla con los alimentos en la boca.

No coma si no tiene hambre. En su lugar tome un zumo natural, una fruta, una pequeña ensalada o un vaso de agua. Coma en función de su apetito en lugar de en función del reloj. Si tiene la costumbre de comer en horarios regulares cuando no tiene hambre, su hígado trabajará en exceso.

Beba de 8 a 12 vasos diarios de agua ya que ayuda a limpiar el hígado y los riñones y a perder peso. 

Evite grandes cantidades de líquidos durante las comidas.

Los mejores vegetales para el hígado son la zanahoria y la remolacha ya que contienen antioxidantes incluyendo el betacaroteno, otros carotenoides y flavonoides curativos que dan color a estos vegetales. Estas verduras antioxidantes tienen un efecto limpiador y curativo para el hígado.

Las alcachofas tienen un efecto regenerador del hígado gracias a su contenido en cinarina, un bioflavonoide.  

La remolacha roja aumenta el flujo de bilis y favorece la eliminación de los productos tóxicos del hígado.

Consuma frutas y verduras crudas, cítricos, fresas, piña, kiwi, col, perejil, zanahorias, pimientos…

Pescados blancos a la plancha o al vapor y carnes magras a la plancha, asadas sin grasa o al vapor.

Aceite de oliva virgen, siempre crudo, aliñando ensaladas y verduras, que es un remedio terapéutico para el hígado.

Ensaladas de lechuga.

LIMITACIONES

Moderar el consumo de huevos, café, dulces, pastelería y alimentos azucarados, aceitunas, mantequilla, manteca, aceite y quesos muy grasos, coliflor, guisantes, espinacas  y tomates.

Limitar las especias fuertes, especialmente pimienta, clavo, mostaza y vinagre.

Limitar la charcutería y embutidos en general.

Limitar el consumo de churros. 
 


 

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