22 de febrero de 2016

“DILE A MI PADRE QUE LE QUIERO MUCHO” 

El valor de la última palabra.

Durante la tragedia del Madrid Arena en una fiesta de fin de año (2012-2013), unas niñas fallecieron al ser aplastadas. Una de ellas salvó la vida y escuchó a su amiga, que estaba debajo de ella completamente aplastada y que presagiaba lo peor, pedirle un último favor viendo que ella era salvada por un joven.

Este era el favor: «Dile a mi padre que le quiero mucho».

Estas fueron las últimas palabras de una niña llamada Katia Esteban Casielles a su amiga Amor.

Los que escucharon a amor contárselo al juez dijeron que el testimonio de Amor había sido «absolutamente desgarrador», ya que vio cómo Katia «falleció delante de ella y le decía expresamente que se despidiera de su padre, que le quería mucho».

Fue cuando Katia perdió el sentido porque «no podía aguantar más y no podía respirar». Había cinco filas de personas «que la estaban machacando y aplastando, se quedó sin oxígeno, se despidió y cerró los ojos».  

Ángel María Esteban Sanz es el nombre del padre de Karia, que sufrió el duro revés de la pérdida de su mujer dos años antes, a consecuencia de un cáncer. El día en que la niña falleció escribió en su Facebook: 

"He tenido las hijas más maravillosas que puede desear un padre y solo puedo deciros a los que sois padres que no perdáis ni un minuto en decírselo". La noche que terminó en tragedia "ella me lo dijo dos veces, cuando la dejé con sus amigas en el metro, ('un beso papi, te quiero') y otra cuando sabía que no iba a volverme a ver. Katia, te quiero. Tu hermana y yo te vamos a echar mucho de menos". "Gracias a todos por vuestra compañía, ya sea virtual o física, como la que nos han ofrecido amigos y vecinos. A todos gracias", afirmó también en referencia al apoyo recibido en los últimos días a raíz de la tragedia.
No hay nada más importante para un padre que escuchar a su hijo decir que le quiere. A veces los padres perdemos la paciencia como antes nuestros padres la perdieron con nosotros. Nadie puede imaginar lo difícil que es ser padre hasta que llega el momento. 

Pero a pesar de todo, a pesar de las muchas decepciones, de las épocas difíciles, a pesar de todo, una niña a punto de asfixiarse reserva sus últimas palabras para pedir a su amiga que le dé un mensaje a su padre. «Dile a mi padre que le quiero mucho». 

Este es el mensaje que todos los hijos, incluso en épocas difíciles como la adolescencia, reservan en lo más profundo, algo que recuerdan cada día y en el último momento. 

«Dile a mi padre que le quiero mucho». Es la naturaleza, ningún hijo puede evitar querer a su padre, aunque nunca se lo diga y ningún padre ignora que tiene los hijos más maravillosos del mundo. 

Diles a tus hijos que les quieres mucho. «Dile a mi padre que le quiero mucho».
 


 

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