15 de noviembre de 2016

¿CÓMO CONVENCERTE PARA IR A BAILAR?

Si después de leer esto no quiere ir a bailar, te vas solo. 

Bailar activa el cuerpo y la mente y favorece la socialización.

Según los psiquiatras, hasta los pacientes con enfermedades neurológicas graves se favorecen del baile.

La razón es que al bailar se activan varias regiones cerebrales como las áreas corticales, responsables de la audición y del movimiento corporal. Lo mismo sucede con los centros cereberales y otras estructuras más profundas que contribuyen a que sigamos el ritmo.

No existe un área específica para la música. El ritmo actúa sobre una extensa red de regiones cerebrales, entre las que se encuentra el sistema de recompensa, como sucede con el sexo o la comida, la música que nos gusta provoca que se libere una mayor cantidad de dopamina (la hormona de la felicidad). El mejor ejemplo es que escuchar nuestra canción favorita nos pone de buen humor.

El hipotálamo también se activa con la música porque se encarga de gestionar las emociones, el aprendizaje y la memoria. Y al vincularse en hipocampo con el hipotálamo gracias a la música el efecto es relajarse ya que regula las hormonas del estrés (cortisol). Por eso se dice que la música amansa a las fieras. Incluso se libera oxitocina que favorece el apego, la base de la socialización y de la relación entre personas.

Vamos que el mejor analgésico es una buena canción. Y no es broma, porque el pulso se acompasa con la música, lo que favorece la oxitocina que libera el cerebro, relacionada con la relación y la cooperación entre personas.

Aunque sólo fuese por las endorfinas que se libera con la música ya bastaría porque la función que tienen es liberar el dolor.

El baile existe en todas las culturas y por eso es base de la socialización. Según los biólogos evolutivos el baile se consolidó en la especie humana antes que el habla. El motivo es que vinculaba a las personas emocional y corporalmente. Y es que realmente lo que siente bailando no se puede explicar con palabras. 

Es como la mímica, si vemos a alguien sonreír se contagia y sonreímos. Pues lo mismo con las sensaciones que generan la música y el baile.

El caso es que es un hecho que el baile favoreció la evolución humana porque generó confianza.  

Ahora esa confianza en uno mismo, en su capacidad de seguir moviéndose como parte del grupo, está ayudando a mejorar la evolución de enfermos psíquicos. Esto demuestra que el baile es bueno para todos y sobre todo para todas las edades.

El baile permite restablecer la capacidad de andar y mantener el equilibrio deteriorados por el parkinson, un ictus o simplemente porque nos vamos haciendo viejos. Sincronizar el paso con un sonido rítmico ya ayuda a que los enfermos de parkinson puedan andar de forma natural.

Escuchar música o aprender a tocar un instrumento contribuyen a recuperarse tras un ictus. La razón es que se rehabilitan las capacidades motoras deterioradas.

Los abuelos que bailan andan más ligeros que los que no.

Vamos que todos son ventajas y ya no se nos ocurre nada más para que nos vayamos a bailar hasta que nos duelan los pies y deje de dolernos el corazón. ¿Vamos?
 


 

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