26 de agosto de 2016
EL MÁS VALIOSO TESORO, EL TIEMPO. Los últimos deseos de Alejandro Magno. El 13 de junio del 323 a.c, a los 33 años de edad, Alejandro Magno llamó a sus generales poco antes de morir. Cuando estaban todos presentes les pidió que se cumpliesen sus tres últimos deseos. Que su ataúd fuese llevado en hombros y transportado por los mejores médicos, que los tesoros que había conquistado fueran esparcidos por el camino hasta su tumba, y que sus manos quedaran balanceándose en el aire, fuera del ataúd, y a la vista de todos. Uno de sus generales le preguntó a Alejandro cuáles eran sus razones. Alejandro le explicó: Quiero que los más eminentes
médicos carguen mi ataúd para mostrar que ellos no tienen,
ante la muerte, el poder de curar. Quiero que el suelo sea cubierto por
mis tesoros para que todos puedan ver que los bienes materiales aquí
conquistados, aquí permanecen. Quiero que mis manos se balanceen
al viento, para que puedan ver que vinimos con las manos vacías,
y con las manos vacías partimos, cuando se nos termina el más
valioso tesoro, el tiempo.
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