28 de agosto de 2015

VALLAS PUBLICITARIAS PARA DECIR "LA TEBIÁ LIUBLIÚ" ("TE AMO").

Todo empezó hace una década, cuando un millonario ruso llenó las calle de Moscú con vallas publicitarias para decir a su esposa “la tebiá liubliú" ("te amo"). Ahora aparecen por cualquier parte.

Las agencias de publicidad han visto el negocio y ofrecen el alquiler de vallas para hacer declaraciones de amor, pero claro no son originales.

La idea original se le ocurrió a un millonario ruso de treinta años llamado Alexander Sharápov, que en 1996 llenó de vallas las calles de Moscú con la foto de su esposa, Svetlana, con quien tenía un hijo, Denis, de cuatro años. 

Cuando le preguntaron por la idea, contestó al semanario ruso Kommersant que "Cuando andas por Moscú hay muchas cosas que te irritan. Además, siempre están tratando de venderte algo. Yo, como comerciante que soy, lo entiendo, pero la verdad es que te cansas. Así es que quise darme un descanso a mí mismo y a la gente, darles algo que fuera agradable. Lo que hice fue compartir mis sentimientos y hacerle un regalo a Svetlana, como quien regala rosas".

Svetlana, a petición de Alexander, abandonó su carrera profesional de fotomodelo después de casarse con él. Cinco años después, Alexander se arrepintió y pidió a su mujer que volviese a su profesión. El éxito fue inmediato y Svetlana fue elegida "rostro videopublicitario del año" en el VI Festival Internacional de Publicidad de Moscú, pero no por el cartel (vallas publicitarias) de amor, sino gracias a un vídeo sobre el calzado que comercializa la firma Vena Moda Austria, es decir, su marido.

Nos imaginamos la cara de Svetlana el primer día que abrió una ventana y vio su cara en un gran cartel.

La idea ha tenido éxito y cada vez hay más enamorados que recurren a las vallas publicitarias. Pronto recurrirán a los altavoces. Otros acudirán a programas de televisión para declararse en directo. Otros seguirán diciendo estas cosas al oído y en lugar oscuro. Otros no necesitarán ni decirlo, preferirán que sus obras hablen por ellos.

Todo está bien. Lo importante es que a ella le guste. Lo importante es que ella sepa que todo el mundo sabe lo que no se puede esconder. Y es que el amor y el dinero no se pueden ocultar.
 


 

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