9 de julio de 2015
VIAJE AL SENTIDO DE LA VIDA Si no hubieses dedicado tanto tiempo a la familia, tu carrera profesional habría…. Pero no habría tenido sentido, respondió el viajero. Un día el viajero estaba en una reunión a la que habían venido personas de muy lejos. Sonó el teléfono y tuvo que cogerlo, era el colegio y sólo llamaban por accidentes. Un hámster había mordido el dedo de una de las criaturas y tenía que llevarle a urgencias para que le pusiesen alguna vacuna. No tenía nadie a quien llamar. Estaba solo. No podía descuidar a las criaturas. Se levantó de la reunión. Se excusó y tuvo que atender lo que de verdad importa. En el hospital aprovecharon para jugar con un montón de juguetes que tenían en la sala de espera. El mordisco no dolía mucho, fue el susto. La criatura no pudo evitar meter el dedo en la jaula en la que estaba el bicho. A lo mejor metió demasiado el dedo y el bicho se hartó y mordió el dedo. El bicho era de color … El bicho lo ha traído mi amigo… Yo quiero un hámster … Un día el viajero estaba delante de un hombre alto, barbudo y con gafas. El viajero cerró los ojos por un instante y vio a un niño gafotas con el dedo vendado. El viajero le dijo: yo quiero un hámster …, pero el hombre alto, barbudo y con gafas pensó que el viejo viajero desvariaba. Y es que siempre que se desvaría y se hace algo por amor y sólo por amor, se está viajando por el camino que da sentido a la vida. Todo lo que queda fuera de este camino se olvida. Si no hubieses dedicado tanto tiempo
a la familia, tu carrera profesional habría…. Pero no habría
tenido sentido, respondió el viajero.
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