15 de julio de 2015

NUNCA SE PUDO HACER MEJOR.

Déjate coger de la mano por el anciano.

Siempre nos atormenta pensar que lo podíamos haber hecho mejor, pero no es posible, en el mismo momento, en la misma circunstancia, lo habríamos hecho igual.

Si pudiésemos traspasar toda nuestra memoria y conciencia a un ordenador, el resultado sería que la decisión tomada fue la que en aquel momento era la mejor.

El experimento no sería real si lo comparásemos con la información que se tiene después, hay que compararla con la información y la conciencia de un determinado momento.

Un joven de veinte años que decide dejar sus estudios para no hacer nada está cometiendo uno de los mayores errores que se pueden cometer. Seguramente lo recordará mientras viva. Se reprochará la cantidad de oportunidades que ha desperdiciado por esta decisión, pero la decisión se corresponde con su conciencia en un determinado momento.

No podemos impedir que ese joven se crea que siempre va a tener veinte años. Así que toma la decisión conforme a sus veinte años, no se ve a sí mismo como un padre de treinta pagando la hipoteca o como a un abuelo buscando residencia. Su visión no puede pasar de los veinte años y a todos los que intenten convencerle de lo contrario los verá como que le odian. 

Todas las decisiones de la vida son mejorables pero por desgracia lo sabemos a toro pasado, cuando ya no hay remedio. Lamentablemente tomamos las decisiones es base a una ley tan importante como la de la gravedad, es la ley del tiempo presente. No tenemos capacidad de decidir con otra información que la que tenemos en un determinado momento. Somos estrechos de mente, no miramos atrás y adelante en el tiempo, no nos dejamos aconsejar. Nos creemos en posesión de verdades absolutas. Tenemos siempre toda la razón. Olvidamos que la razón es de lo poco que la naturaleza ha sabido repartir, no hay una razón, todo el mundo tiene su parte de razón. 

El paso que hoy damos marca un camino pero hoy sólo podemos ver los pasos, no sabemos mirar de lejos para ver un camino formado de miles de pequeños pasos. 

Déjate coger de la mano por el anciano.
 


 

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