25 de junio de 2015

LOS NIÑOS QUE SE QUEDARON SOLOS.

¿Qué es lo más importante en la vida? Los hijos, sin duda. ¿Qué no harían unos padres para alimentar a sus hijos? La respuesta es tan cruda como dramática: abandonarlos para ir a buscar ese alimento. Eso es lo que ha sucedido en China donde cuatro niños abandonados por sus padres no han entendido esta lógica y se han suicidado. El mayor tenía 13 años y el menor 5. Bebieron un pesticida y dejaron una carta en la que contaban su abandono.

Los niños, un chico y sus hermanas pequeñas, fueron encontrados por un aldeano sufriendo convulsiones tras ingerir el veneno por la noche en su casa en Biji, en la provincia de Guizhu. Esta noticia ha despertado muchas conciencias en las televisiones y se hablará por unos días de la dura situación de los niños chinos cuyos padres emigran para trabajar en las ciudades.

Esos padres chinos se enfrentan a un terrible dilema, si les dejan en sus pueblos, puede que estudien, si les llevan con ellos es imposible porque el estado sólo da educación en la zona de origen. 

Normalmente dejan a los niños al cuidado de los abuelos, que los alimentan y los llevan a la escuela. Mientras los padres trabajan todos los días durante años para mantener a distancia a sus familias.

Si esta historia la pasásemos al mundo occidental, en que los padres están todo el día fuera de casa trabajando, los niños al cuidado de de los abuelos o de asistentas, nos encontraríamos con que muchas familias se ven los fines de semana. 

Los niños occidentales pasan mucho más tiempo delante del televisor que jugando con sus padres. Si a esto sumamos las horas de colegio nos encontramos con el poco contacto familiar.

Los padres pensamos que lo que importa es hacer caja para alimentar, pagar la hipoteca, la universidad … pero los niños no lo entienden y prefieren tener cerca a su familia. No entienden eso del dinero que sale de las paredes cuando introduces un trozo de plástico.

Los niños chinos no entendieron que sus padres no tenían otra opción que ir a una fábrica lejana para encerrarse en ella tantas horas como les dejasen. Los niños no entendieron que gracias a ese sacrificio iban a comer  y a tener una educación. 

Los niños sólo saben de abrazos y los padres somos demasiado sensatos. ¿O insensatos?

Cuando pasan los años, el niño ya no es niño, el padre es un abuelo que se ha perdido las tardes en el parque, pero el abuelo está feliz porque le va a dejar una herencia que le evitará pasar hambre en un mundo donde no todo el mundo tiene que comer. 

Ojalá algún día todos los niños tengan algo que comer y un padre cerca con el que jugar al fútbol. Ojalá que algún día todos los niños puedan dar un beso a sus padres antes de ir a la cama. 

Los niños sí son sensatos.
 


 

Publicidad
Anúnciese en masmasculino.com.

ir a inicio de página

Copyright © masmasculino.com 
Todos los derechos reservados. El uso de esta información sin autorización expresa de masmasculino.com y al margen de las condiciones generales de contratación de masmasculino.com, será perseguido judicialmente.
Volver a la página anterior