26 de mayo de 2015
¿PUEDE CONVERTIRSE LA COMIDA EN UNA DROGA? Según estudios con ratones, comer algunas galletas tiene un efecto sobre el cerebro similar al consumo de drogas adictivas. Las comidas con azúcar y grasa tienen este efecto adictivo porque están relacionadas con el sistema de refuerzo del organismo, que cuando siente hambre, busca una comida calórica, como las que tienen azúcares o grasas que generan una más rápida e intensa satisfacción. Es como si el organismo sintiese una recompensa a su necesidad de comer. Este sistema está regulado por hormonas como la leptina que afectan a la alimentación del mismo modo que las drogas. Según los últimos estudios de neuroimagen, hay similitudes biológicas en las pautas de disfunciones relacionadas con la recompensa entre adictos a la comida y individuos dependientes de sustancias. El autor de este estudio, el Doctor Ashley N. Gearhardt de la Universidad de Michigan (EE UU), considera que la mayor concentración de los azúcares o las grasas que producen la recompensa en las comidas procesadas pueden incrementar su capacidad adictiva. “Por ejemplo, cuando la hoja de coca se mastica, se considera que tiene poco potencial adictivo”, explica el estudio. “Sin embargo, una vez que se procesa en una dosis concentrada que llega rápidamente al sistema, se convierte en cocaína, que es altamente adictiva”. Es decir, que hay un vínculo entre los niveles de glucosa y la activación de áreas del cerebro que están relacionadas con la adicción. Para analizar qué comidas
están más relacionadas con comportamientos parecidos a la
adicción, los investigadores pidieron a 120 voluntarios que clasificasen
35 alimentos por su capacidad adictiva de acuerdo a una escala diseñada.
En sus resultados, las comidas procesadas, con mayor índice glucémico
y grasas, se asociaban con mayor frecuenta a comportamientos similares
a la adicción. En opinión de los autores del estudio, “el
hallazgo de que el procesado era el factor más predictivo para saber
si una comida estaría asociada con un comportamiento alimentario
similar al adictivo es una evidencia preliminar para estrechar el rango
de qué comidas están implicadas en las adicciones”.
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