29 de diciembre de 2014

ORGULLO Y FRACASO MASCULINO.

Hay una gran película con muchos premios Óscar que se titula “The Artist”. En esta película se tratan muchas cuestiones, como el orgullo masculino, la entrega femenina, el valor del silencio en el arte, que pone el acento en lo que se ve y el mensaje, en lugar de las palabras (la palabra es plata, el silencio es oro).

El protagonista está en la cumbre de su carrera y como sucede siempre que se está en la cima, uno cree que es el lugar natural que le corresponde, que una vez alcanzada sólo cabe subir. Sin embargo, la vida más que una montaña parece un ascensor que sube y baja a su antojo.

Cuando el protagonista fracasa descubre la soledad, un lugar al que se llega inexorablemente tras la ruina, la enfermedad, la desgracia. Todos los compañeros del éxito se evaporan tan pronto como perciben que su presa ha caído.

Pero en la película ella estará a su lado, como sucede en la vida real siempre que el amor se escribe con mayúsculas. La protagonista ayuda al artista de todas las formas posibles, a escondidas, en el hospital, arriesgando su propia vida, ideando una forma para devolverle la autoestima ….

Como la rescatadora es una mujer nos parece muy romántico que renuncie a su joven pareja para ayudar a un hombre mucho mayor que ella, alcoholizado, arruinado y loco. Si fuese al revés, si el artista dejase a su joven novia para ayudar a una mujer mucho mayor que él, alcoholizada, arruinada y loca, pensaríamos que es una película de ciencia ficción, pero como es ella pues todo está muy bien y todo es muy romántico. ¡Qué sinsentido!

Pero el romanticismo no es el tema, el tema es el orgullo, que aparece representado en una escena de escalera en la que ella está en la parte superior (la fama) y él unos escalones más abajo (el fracaso). Y en especial el orgullo masculino que vuelve loco al artista cuando descubre que ella le ha estado ayudando a escondidas comprando todo lo que tenía que subastar para subsistir. Del orgullo a la locura, una forma de cobardía que se refugia detrás del alcohol o cualquier sustancia que ponga un velo a una realidad que el orgullo no deja aceptar.

Y detrás una mujer que no se rinde, que quiere ayudar, que sigue al lado del hombre arruinado cuando se han ido todos, que le devuelve la confianza en sí mismo, que le devuelve a la vida.

Las películas acaban como debe ser, pero a veces la realidad es más ingrata, y el orgullo masculino borra de la memoria los malos momentos pasados y sólo queda desagradecimiento para la única persona que ayudó. Somos demasiado orgullosos para reconocer que se lo debemos todo a una mujer.

No hay hombre de cierta edad que no haya fracasado unas cuantas veces en su vida, estos hombres sabrán lo que queda durante la caída, pero bien venido sea el fracaso si nos descubre el verdadero valor de la mujer que no nos da la espalda.
 


 

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