18 de diciembre de 2014

LA VULNERABILIDAD DEL HOMBRE ACTUAL

El hombre se está volviendo mucho más reservado que nunca en cuestiones emocionales. ¿Será que nos hace sentir más vulnerables?.  Sin embargo, hay evidencias de que el hombre es al menos tan vulnerable como cualquier mujer, a pesar de los roles sociales.

De acuerdo con un texto publicado en la revista: Epidemiology, realizado por la Universidad St. Andrews, 40% de los hombres y 26% de las mujeres fallecen en los tres años posteriores a la muerte de su ser amado. 

¿No es una prueba de vulnerabilidad?

Los hombres somos herederos de un concepto histórico de masculinidad que nos ha obligado a demostrar ante nosotros mismos y ante los demás que somos hombres de verdad. De ahí la derrota personal que supone el sentirse un fracasado, el no poder dar señales de triunfo y poder, el no saber digerir los errores. 

En el fondo sentimos vergüenza si no triunfamos, si no alcanzamos el poder. Es como si fallásemos a nuestro programador, que nos diseñó para triunfar y al fracasar nos tuviésemos que resetear para poder sobrevivir en un programa básico de supervivencia muy distinto al original, lleno de expectativas paternas que apuntaban únicamente al éxito.

Para poder comprender las reservas de los hombres en cuestiones emocionales hay que comprender que ya en el colegio, hay un complejo de inferioridad por no ser el más fuerte, cuando se encuentra a una mujer hay un complejo por no poder llevarla en coche, por no ser tan rico como ella se merece. 

Puede parecer incomprensible, pero en el fondo de todo hombre existe este deseo oculto de ser el mejor. Si se asume esto, se puede comprender mejor la reacción patológica de muchos hombres ante las mujeres, especialmente cuando ellas triunfan y ellos no.

El hombre actual se encuentra con que la vulnerabilidad no es debilidad, como había aprendido, sino coraje. Muchos hombres tienen miedo a llegar a casa y reconocer que han sido despedidos de sus trabajos. Son hombres que se pasan el día en un parque público arrastrando un maletín, aguantando el paso de las horas para volver a casa y que no se note nada. Es muy difícil para un hombre reconocer que las cosas han ido mal, seguramente por su culpa, y que lo volverá a intentar. El verdadero coraje es ese volver a intentarlo. En esos momentos la comprensión femenina lo es todo.

La clave de este cambio en la vulnerabilidad masculina está en que debemos ser capaces de fracasar o de estar preocupados con el futuro y no por eso ser vistos como débiles.

Parte de la cuestión es si las mujeres quieren realmente hombres vulnerables que pidan ayuda o prefieren despreocuparse de muchos problemas y sentirse arropadas  por un macho alfa que saldrá victorioso de cualquier batalla. 

No hay hombres que triunfen siempre, no hay vaqueros solitarios que no lloren, hay hombres que intentan aparentar más de lo que son porque intentan transmitir tranquilidad y seguridad a sus mujeres, pero detrás de la máscara hay un ser humano que tiembla.

Todo son tópicos, caretas, no hay hombres duros ante cualquier circunstancia de la vida. Hay personas que no quieren defraudar porque saben que eso traerá infelicidad. 
 


 

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