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REMEDIOS CONTRA EL SUDOR.
La hiperhidrosis o sudoración
excesiva puede eliminarse con botox
La hiperhidrosis, o sudor excesivo,
afecta a entre el 1,5% y el 2,8% de la población española
y tiene un elevado impacto en la calidad de vida de los pacientes, explicó
el doctor José Carlos Moreno, vicepresidente de la Academia Española
de Dermatología y Venereología. Actualmente existen numerosos
tratamientos, desde los más clásicos al más moderno
que supone el uso de la toxina botulínica.
No obstante, para resolver este
problema, es necesario acudir al especialista indicado, que es el dermatólogo
aunque, en ocasiones, como en las formas generalizadas o extensas de la
enfermedad hay que descartar enfermedades sistémicas como la diabetes
o los trastornos de tiroides.
Según explica el doctor Moreno,
"existen hiperhidrosis generalizadas y localizadas". Los lugares más
comunes donde se produce el tan molesto sudor excesivo son, por este orden,
las palmas de las manos (hiperhidrosis palmar), las plantas de los pies
(hiperhidrosis plantar) y las axilas (hiperhidrosis axilar).
Para tratarlo, desde hace ya varios
años existen distintas alternativas para acabar con el problema.
La más sencilla son las sales de aluminio, un compuesto que está
presente "en la mayoría, no todos, los desodorantes de farmacia"
pero a pesar de su utilidad su uso continuado puede provocar irritación
cutánea, especialmente en zonas sensibles como las axilas. "Ante
el fracaso de tratamientos conservadores como éste, ha de acudirse
al especialista", advierte el doctor.
FÁRMACOS COMO ALTERNATIVA
Otra alternativa para la hiperhidrosis
son los fármacos anticolinérgicos, que se administran en
comprimidos pero que "se usan poco ya que tienen muchos efectos secundarios:
sequedad de boca, trastornos urinarios, mareos o somnolencia". Actualmente
se ha demostrado la utilidad del glicopirrolato tópico, que carece
de efectos indeseables. La electroterapia mediante iontoforesis es útil
para la hiperhidrosis, "pero necesita dedicarle un tiempo que no todos
los pacientes están dispuestos a emplear".
El último tratamiento aprobado
para el tratamiento de la hiperhidrosis es la toxina botulínica,
terapia que se usa con éxito en otros campos como la dermatología
cosmética. A este respecto, el doctor Moreno precisa que "es muy
eficaz, pero hay que repetirlo periódicamente ya que no es un tratamiento
definitivo". La toxina botulínica se usa en hiperhidrosis palmar
y axilar, pero también se han visto buenos resultados en la facial
"aunque hay escasa experiencia".
El tratamiento más radical
para la hiperhidrosis es la simpactectomia, que consiste en la destrucción
del ganglio estrellado, lo que determina la supresión de la sudoración
definitivamente en manos y axilas. Es un procedimiento sólo para
casos muy avanzados, ya que "precisa anestesia general, ingresos y lo realizan
por laparoscopia los cirujanos torácicos". La simpactectomía,
que se practica en la mayoría de los hospitales públicos
españoles, produce en un elevado porcentaje de los casos un fenómeno
denominado sudoración compensatoria, que es el cese de sudor en
las manos pero el aumento en el resto del cuerpo. Este tipo de complicación
es de difícil tratamiento.
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