LA SIESTA
Más excusas para una cabezadita.
Las siestas podrían mejorar
la sensibilidad del cerebro a las emociones positivas, según un
estudio de la Universidad de California en Berkley que se ha hecho público
durante la reunión anual de la Asociación de Sociedades Profesionales
del Sueño (SLEEP 2009) que se celebra en Westchester (Estados Unidos).
Los investigadores han descubierto
que las siestas en las que el sueño llega a pasar por la fase REM
(movimientos de ojos rápidos) refrescan la sensibilidad empática
del cerebro para evaluar las emociones humanas al disminuir el sesgo negativo
y amplificar el reconocimiento de las emociones positivas.
Los resultados muestran que el cerebro
emocional no se mantiene estable a lo largo del día, dando lugar
a cambios importantes en las reacciones emocionales. Las siestas con sueño
REM modifican las emociones. Los individuos que durmieron la siesta entre
60 y 90 minutos y pasaron por la fase REM aumentaron su receptividad ante
la expresión facial de felicidad después de dormir. Las personas
que no durmieron siesta durante el día mostraron mayores reacciones
ante la ira y el miedo.
Según señala Ninad
Gujar, director del estudio, estos descubrimientos enfatizan la importancia
del sueño para los procesos cerebrales claves tanto psicológicos
como sociales.
"Las interacciones sociales están
muy basadas en el reconocimiento adecuado de las expresiones faciales emocionales.
Sólo a través de un reconocimiento exacto se establecen los
juicios sociales y se toman las acciones posteriores. En ningún
otro caso son más importantes estos juicios de la emoción
facial que en muchas profesiones asociadas con la reducción del
sueño, incluyendo a los médicos residentes y de urgencias,
el personal militar e incluso a los padres primerizos", apunta Gujar.
En el estudio participaron 36 mujeres
y hombres a los que se pidió que puntuaran cuatro categorías
diferentes de rostros afectivos que incluían al miedo, la tristeza,
la ira y la felicidad.
Los participantes realizaron esta
tasación en dos ocasiones, una a las 12 de la mañana y de
nuevo el mismo día a las 5 de la tarde. La mitad de ellos durmieron
una siesta de entre 60 y 90 minutos controlada por polisomnografía
entre las dos pruebas de evaluación mientras que el resto de individuos
se mantuvo despierto.
Gujar afirma que los resultados
subrayan la importancia del sueño en las reacciones beneficiosas
de adaptación emocional y en la estabilidad en los niveles de salud
social, profesional y mental.
SALUD MASCULINA |
DORMIR LA SIESTA.
Un invento para las oficinas: reposacabezas
con capuchas en forma de huevo para dormir la siesta.
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SALUD MASCULINA |
LA SIESTA ES SALUD.
Según un estudio quienes
dormían la siesta ocasionalmente habían reducido un 34% el
peligro de sufrir un problema cardíaco en comparación con
quienes sólo dormían una vez al día. Entre quienes
hacían una siesta de más de 30 minutos al menos tres veces
a la semana el riesgo cardíaco disminuyó un 37%.
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