LA INFLUENCIA DE LA FELICIDAD EN EL ESTADO DE SALUD Las personas con un carácter
más hostil tienen un 23% más de probabilidades de padecer
cáncer.
El doctor Martos cree que uno de los problemas fundamentales para la salud, hoy en día, es la soledad obligada –aquella que la persona no ha elegido voluntariamente–, pues es causante, no sólo de la infelicidad, sino de un buen puñado de enfermedades. Según el médico, “provoca ansiedad, depresión e, incluso, afecta a las enfermedades cardiovasculares”. Las personas solitarias, explica el doctor, “tienen un alto índice de sobrepeso y sedentarismo pues, entre otras cosas, no suelen hacer ejercicio y no tienen una correcta alimentación”. Martos utiliza una frase hecha para explicar en qué medida influye la crisis en nuestra felicidad y, tal como cree, en nuestra salud: “No cabe duda de que el dinero no da la felicidad, pero ayuda”. En su opinión, además, la relación es recíproca: “Si eres feliz en tu profesión, harás mejor tu trabajo y, por tanto, te promocionarás mejor. De la crisis tenemos que salir entre todos, y es comprensible que se nos exija trabajar más. Si una persona no disfruta con su trabajo ahora será más infeliz, porque tendrá que trabajar más”. En caso de que nos aborde la incertidumbre Martos recomienda pedir ayuda a nuestro mejor amigo, que somos nosotros mismos: “Hay que reflexionar sobre lo que estamos haciendo mal. Somos los mejores críticos de nosotros mismos. La autoestima es fundamental. Debemos tener un proyecto de vida y reflexionar sobre lo que debemos hacer para alcanzarlo”. “Sin salud no existe felicidad”. Así lo asegura Javier Sádaba, catedrático de Ética y Filosofía de la Religión de la Universidad Autónoma de Madrid, que también ha participado en el encuentro de la UIMP. En su opinión, “entender esto es fundamental”, pues la salud debe ser una preocupación importante de la sociedad, en la medida en que es una condición indispensable para ser feliz. “Hay aspectos técnicos que sí parecen ciertos. Nuestros cerebros generan endorfinas que nos hacen sentir mejor, y hay fármacos que actúan sobre nuestros sentimientos, que nos hacen estar bien. Técnicamente podemos ayudarnos a través de las emociones”. Al margen de esto, y en espera de nuevos hallazgos científicos, Sádaba está convencido de que, pese a que todavía no se puede comprobar, “una persona alegre y sin miedo, de una u otra manera, supera más fácilmente las enfermedades y, en general, tiene mejor salud”. Martos, por su parte, cree que la
ciencia ya ha demostrado sobradamente que existe una relación entre
salud o felicidad o, más concretamente, entre la ausencia de ésta
y el desarrollo de enfermedades. “Está demostrado”, afirma el médico
como ejemplo, “que las personas con un carácter más hostil
tienen un 23% más de probabilidades de padecer cáncer”.
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