UNA PASTILLITA Y NO ME HAGO VIEJO Genética es lo que dice el libro (que me hago viejo) y epigenética es como yo lo leo (para no hacerme viejo claro). Hoy hablamos de un hallazgo que
plantea la posibilidad de retrasar los signos de envejecimiento en humanos
con una pastillita.
Las células de nuestro cuerpo nacen, viven, se reproducen y mueren, pero llega un momento en el que el reemplazo no llega. Las células tienen un número limitado de divisiones, pasado el cual permanecen en una especie de limbo biológico –conocido como “senectud celular– en el que ni mueren, ni se multiplican. Científicos en Estados Unidos
lograron retrasar, e incluso eliminar, la aparición de los signos
de envejecimiento como arrugas, cataratas y desgaste muscular en ratones.
Cuando el fármaco fue suministrado después de que los ratones
envejecieran, los científicos encontraron una mejora en la función
muscular.
En particular se analizaron tres
síntomas de la vejez: la formación de cataratas en el ojo,
el desgaste de tejido muscular y la pérdida de depósitos
de grasa bajo la piel, que provoca las arrugas.
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