TOMAR EL SOL REJUVENECE EL CORAZÓN La exposición solar produce una reacción química que trasforma el colesterol o ergosterol (de los vegetales) en vitamina D activa efectiva La vitamina D se encuentra en los pescados grasos (salmón, atún, caballa, sardinas), el marisco, el huevo, o de forma enriquecida como algunos productos lácteos (leche, yogures, quesos), cereales o zumos, pero el 90% de la vitamina procede de la luz solar Según la Fundación Española del Corazón, tomar el sol media hora al día mantiene los niveles de vitamina D que nuestro organismo necesita, y cuya merma constituye un riesgo importante. Tal como asegura un estudio de la Escuela de Salud Pública de Harvard, las personas que tienen valores de vitamina D inferiores a 15 nanogramos por mililitro (ng/ml) tienen el doble de probabilidades de tener un infarto –lo saludable, según la FEC, es tener 30 ng/ml–. Se puede prevenir la aparición de hipertensión arterial y diabetes, factores que pueden llegar a provocar algunas enfermedades cardiovasculares como el infarto o la angina de pecho. La vitamina D es liposoluble, ya
que se almacena en el tejido graso del cuerpo, y su función principal
es la de ayudar al organismo a absorber el calcio necesario para, junto
al fósforo, formar nuestros huesos. Se produce principalmente mediante
la exposición de nuestra piel a los rayos solares UV.
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