MASAJES DE SONIDOS.
Descubra el poder terapéutico
que posee el sonido y su uso en la cultura tibetana como complemento del
masaje terapéutico.
El masaje sonoro se usaba antiguamente
en el Tibet para complementar y aumentar el efecto curativo de los masajes
manuales.
En la actualidad están compuestos
por una aleación de siete metales, cada uno de ellos afinado individualmente
en meditación, para despertar sus sonidos milenarios y así
permitirnos alcanzar la armonización y elevar la vibración
de quienes los tocamos.
En la antigüedad eran vasijas
de diferentes tamaños que estaban compuestas por once metales y
se usaban, desde ese entonces, para la sanación de algunas dolencias.
Tienen una forma y un temple especiales
que les permite sonar al ser frotados en su borde con una vaqueta de madera.
Producen una gama de sonidos armónicos o sobretonos (un sonido fundamental
del cual se desprenden otros más agudos que guardan una relación
armónica entre sí) y tienen una sonoridad que perdura por
largo tiempo expandiéndose por todo el ambiente, cambiando la vibración
de su entorno.
En la cultura tibetana se considera
que estos sonidos, al ser utilizados en meditación y reequilibrio
energético, crean profundos estados de relajación, ayudando
a liberar la energía acumulada (angustia, estrés y otros
malestares físicos y espirituales).
Las vibraciones armónicas
alteran la materia reordenando su estructura molecular, realineando y equilibrando
la energía en todos los niveles.
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