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FRUTA CONTRA EL CÁNCER.
Cada día es más importante
completar la alimentación con fruta.
Comer frutas y verduras es bueno
para la salud. Pero no sólo por su aportación de vitaminas
y otras sustancias beneficiosas para el organismo sino también,
como acaba de demostrar un equipo del Consejo Superior de Investigaciones
Científicas (CSIC), en la lucha contra el cáncer.
La clave, según los datos
aportados por el equipo del Instituto del Frío del CSIC, se encuentra
en la quercetina, un componente habitual en frutas, verduras y bebidas
derivadas de plantas como el té. Según el estudio, este antioxidante,
que forma parte de nuestra dieta, podría ser capaz de curar el cáncer
de hígado, además de prevenir con eficacia el desarrollo
de otros tumores.
La investigación, publicada
en la revista «Journal of Nutrition», ha demostrado que la
quercetina es capaz de inducir la muerte celular programada (apoptosis)
en una línea de células tumorales de cáncer de hígado
(HepG2). Precisamente, una de las características de las células
cancerosas es su «inmortalidad» ya que, a diferencia de las
células sanas, que cumplen su ciclo y mueren, las tumorales pueden
seguir viviendo de forma indefinida.
Según el estudio «la
inducción de la apoptosis constituye una importante diana dentro
de las estrategias terapéuticas contra el cáncer. La muerte
celular programada está desregulada en las células cancerígenas
que, en vez de morir, proliferan de manera descontrolada».
Los investigadores estudiaron el
efecto de la quercetina sobre proteínas clave de la ruta apoptótica
en células de hepatoma humano. Las células cancerígenas
fueron tratadas durante 18 horas con este flavonoide. Ramos resume los
resultados: «La incubación con quercetina propició
que se activara en la célula la apoptosis mediante la permeabilización
de la membrana mitocondrial y la liberación de proteínas
capaces de activar a las caspasas, que son las proteasas responsables últimas
de la muerte celular».
Asimismo, los científicos
observaron también que la quercetina promovía la apoptosis
a través de la activación de genes pro-apoptóticos
de la familia «bcl-2» y la inhibición temprana de rutas
de señalización de supervivencia en las células «HepG2».
Los autores del trabajo precisan,
no obstante, que es necesario desarrollar nuevas investigaciones para asegurar
el potencial efecto anticancerígeno de los flavonoides como la quercetina.
Esto se traduce en dos avances a la hora de luchar contra el cáncer:
por un lado la quercetina inhibe la proliferación del tumor y, por
otro, podría emplearse en su curación, ya que actúa
sobre las células dañinas induciendo su muerte. La ingesta
de cinco o más piezas de fruta y verdura al día aporta quercetina
y otros flavonoides, explicó este investigador, quien añadió
que la quercetina podría emplearse bajo forma de medicamento en
tratamientos contra el cáncer, combinada con otros productos.
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