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DORMIR.
Ni mucho, ni poco.
La revista Sleep publica los resultados
de un estudio realizado con 614 personas, que sugieren que la inflamación
podría ser parte de la vía que relaciona una duración
excesiva del sueño con una mayor probabilidad de sufrir enfermedades.
Tras someterse a un test de hábitos
de sueño y pasar la noche en un laboratorio de investigación,
la media del sueño relatada por los participantes en el trabajo
indicaba 7,6 horas, mientras que la duración real comprobada fue
de 6,2 horas.
Los científicos, coordinados
por Sanjay R. Patel, profesor adjunto de Medicina de la Universidad de
Case Western Reserve, en Cleveland (Ohio), también analizaron muestras
de sangre para determinar los niveles de cinco citocinas inflamatorias
claves y concluyeron que cada hora adicional de sueño se asociaba
con un aumento del 8% de los niveles de la proteína CRP y otro del
7% de los niveles de IL-6. Por otro lado, cada hora de reducción
de sueño se asoció con un aumento del 8% del factor de necrosis
de tumor, otra regulación de inflamación.
Los investigadores también
hallaron que aquellos que más dormían eran considerablemente
más jóvenes que el resto y que la corta duración de
su sueño se relacionaba con la diabetes, la hipertensión
y la apnea. “Lo más curioso es que encontramos diferentes relaciones
en función del modo de medición del sueño, crónico
-a largo plazo- o agudo -a corto plazo-”, dijo R. Patel. La tensión
y el humor también podrían tener un efecto directo sobre
los niveles de citocinas implicados en las relaciones.
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